viernes, 13 de noviembre de 2009

Alakrana: cuestión de banderas, diversas consecuencias.

No es tan difícil sentirse doblemente orgulloso

Transcribo aquí lo que el diario digital www.libertaddigital.com trae a su primera plana, por ser una reproducción de las peticiones del abogado del pirata Willy, desprovistas de juicios de valor u opinión, que para eso, ya opina el bloguero.

El nuevo abogado del pirata pedirá este viernes al Juzgado Central de Instrucción número 1 de la Audiencia Nacional nuevas diligencias de prueba porque las que ha recibido son "insuficientes". "En relación con el oficio urgente dirigido al Estado Mayor de la Defensa para que se emita un informe firmado por los militares que participaron en la detención de mi patrocinado, nos interesa que el informe que emita se amplíe detallando en qué tipo de aguas se encuentra el punto geográfico 00º12S-045º38´E, pertenecientes al Océano Indico y frente a las costas de Somalia".

Considera que esta información "puede afectar a la competencia española por aplicación de la legislación internacional".

En una segunda petición, el abogado dice que "ha trascendido que el pabellón enarbolado por el Alakrana, matriculado en Bermeo, era distinto al español, concretamente una bandera del País Vasco", por lo que solicita que se le informe de que pabellón ondeaba en el barco en el momento de ser secuestrado, dato que no aparece en las diligencias. Según el Convenio para la represión de actos ilícitos contra la seguridad de la navegación marítima dice que:

  • "Cada Estado Parte tomará las medidas necesarias para establecer su jurisdicción respecto de los delitos enunciados en el artículo 3 cuando el delito sea cometido: a) contra un buque o a bordo de un buque que en el momento en que se cometa el delito enarbole el pabellón de ese Estado".
  • "Los buques poseerán la nacionalidad del Estado cuyo pabellón estén autorizados a enarbolar. Ha de existir una relación auténtica entre el Estado y el buque".
  • "Los buques navegarán bajo el pabellón de un solo Estado y, salvo en los casos excepcionales previstos de modo expreso en los tratados internacionales o en esta Convención, estarán sometidos, en alta mar, a la jurisdicción exclusiva de dicho Estado. Un buque no podrá cambiar de pabellón durante un viaje ni en una escala, salvo en caso de transferencia efectiva de la propiedad o de cambio de registro".
  • "El buque que navegue bajo los pabellones de dos o más Estados, utilizándolos a su conveniencia, no podrá ampararse en ninguna de esas nacionalidades frente a un tercer Estado y podrá ser considerado buque sin nacionalidad".

El letrado también pregunta a la Audiencia cuántos días se le aplican en el delito de detención ilegal teniendo en cuenta que fue detenido a los dos días de ser secuestrado el Alakrana. En cuanto al delito de asociación ilícita, pide pruebas de que el pirata forma parte de una asociación.

Es decir, jugar a los nacionalismos fuera de España puede traer las consecuencias que algunos no esperan. Mientras se hace uno el gallo presumiendo de Ikurriña, la legalidad se escapa como arena entre los dedos. Puede que sea un resquicio para salvar la situación del secuestro, pero no deja de ser importante señalar que las trifulcas nacionaliegas y las pretensiones aldeanas de unos pocos, pueden traer resultados no deseados para todos.

Imaginemos por un momento que España fuera un país normal. Es mucho imaginar, lo se. Pensemos que se hubiera resuelto el secuestro infelizmente, ya que por A o por B, los rehenes hubieran sido asesinados por los secuestradores y que apresados los piratas por las fuerzas armadas se dispusieran a juzgarlos. Si la defensa argumentara lo mismo de lo que ahora se vale, los piratas tal vez quedarían libres, impunes o cuanto menos la competencia de los juzgados españoles estaría en entredicho y las viudas y demás familia clamarían de televisión en radio por una justicia que no les llega ni satisface.

Formalismos y mucha letra, así es el Derecho. Y el que no quiera asumirlo, no acata las reglas del juego, por lo que se arriesga a quedar fuera de él. La nacionalidad es algo que tratándose con mucha ligereza puede condicionar muchas situaciones. Famosa es la escena de muchas películas en las que el protagonista pone por delante de su atolladero la manida sentencia "soy ciudadano de los Estados Unidos". ¿Por qué? Porque detrás de ella, se situa toda una maquinaria de protección legal -no sólo militar, como algunos piensan- que garantiza la situación de cualquier subdito de un país donde quiera que éste esté.

La responsabilidad de cada cual ha de ser una exigencia consciente, para que luego no vengan con argumentos pueriles a decir que no existe justicia. Si se transgreden los ordenamientos, el infractor no puede pedir que se aplique sólo la parte en la que le beneficia. Para tener una servirrse de esa protección -como cuando se cobra el paro, la jubilación o se va a la sanidad pública-, hay que cumplir unos requisitos. Si se determina finalmente que el Alakrana no llevaba el pabellón adecuado, esos polvos traerán aquellos farragosos lodos.

Siempre habrá quien diga que lo que prevalece es que todo salga bien. Pero aún estando de acuerdo con el fondo, no estoy de acuerdo con la forma. En la rectitud de la norma está la garantía de su cumpliento erga omnes (frente a todos) y la seguridad jurídica que nos protege. Jugar con las banderitas, más que un acto de chulería o infantil rebeldía, puede costar muy caro. Que tomen nota los que la tengan que tomar. Yo por si acaso, ya la ondeo en lo alto de blog.

Del DesGobierno ya hablaremos cuando acabe.

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