viernes, 27 de febrero de 2009

London Taxi (II)

En tanto él hablaba, Steve, sorprendido, observó por el retrovisor interior como su extraño pasajero se quitaba la corbata y desabrochaba el botón del cuello de la camisa, buscando un poco de holgura. Parecía estresado. A la vez que se acomodaba, seguía mirando por la ventanilla abstraido, con el ceño un tanto fruncido.

Sin perder la carretera de vista nuevamente, le espetó: "No entiendo, Señor. ¿Qué quiere decir?, ¿que todos vienen a mi taxi por algún motivo común?"

- "¡Exacto!" Replicó rápidamente, sorprendiendo tanto a Steve, que casi se le cae la gorra del susto. Mientras cruzaba las piernas y hacía un rollo con la corbata, continuó... "Pero, ¿no se da cuenta? Todas esas personas, acuden a usted porque usted es el medio de poder llegar a algún sitio, de una forma rápida, segura y sin más preocupación que dejarse llevar y al final, gratificarle su labor. ¿Se imagina Steve? -y tras una breve pausa, prosiguió-, ¿se imagina que cualquiera de ellos subiera en su taxi, y usted no supiera llevarle a donde desean? Sería una frustración, todo el mundo espera que usted les lleve a su destino..."


- "Bueno, yo... alguna vez he tenido que poner el GPS, Señor. No tengo en la cabeza todos los caminos, calles y lugares", confesó humildemente el taxista.

- "Si, pero usted sí sabe qué hacer en cada momento -dijo sin esperar un segundo, rectificándole con suficiencia- ¿No cree que todo el mundo desearía tener a alguien a su lado que le oriente y le guíe cuando está perdido?"

- "Eso mismo es lo que me está sucediendo ahora, Señor. Llevamos una hora vagando por Londres y aún no sé a dónde iremos a parar."

- "¡Exacto!" -Exclamó de nuevo. Pero esta vez Steve ya estaba curado de espanto y no hubo sobresalto-. "Usted, como yo, como todos, necesitamos de alguien que aunque no sepa el camino más corto para llegar, no se pare jamás y vaya abriendo la senda. Aunque estemos desorientados, juntos, siempre lograremos llegar a algún lugar concreto. Todos necesitamos encontrar a alguien para seguir una dirección en el gran viaje de la vida. Mejor acompañados y así hacerlo más agradable."

- "No entiendo nada, Señor...", -susurró casi decepcionado-.

- "Si que lo entiende, amigo Steve, si está cansado de hacerlo. Tal vez haya que dar muchas giros sin rumbo fijo para encontrar el buen camino."

En esos momentos no estaba muy seguro de lo que podría llegar a contestar su atípico pasajero, pero aún así, formuló la pregunta que llevaba tanto tiempo queriendo exteriorizar. "Señor... no se ofenda, pero entonces, ¿sabe ya a donde vamos?".

- "Si, Steve, ya se a donde vamos. Vamos al aeropuerto."

- "¿Al aeropuerto? ¡Diablos! ¿A qué aeropuerto?"

- "¡Rápido, al aeropuerto, amigo mío! Vamos a Heathroad, vamos a impedir que me quede sin destino nunca más. No quiero pasar el resto de mi vida dando vueltas sin sentido"

- "¿Ahora va a coger un avión? ¡Le aseguro que el piloto no tendrá tanta paciencia como yo!"

- "No, Steve, -llegó a decir entre una ligera carcajada- nada de eso, voy a impedir que alguien lo coja."

- "¿Se refiere a una mujer, Señor?", preguntó el veterano conductor arqueando una ceja.


- "Qué estúpido he sido. La he tenido tanto tiempo delante y no me había dado cuenta de que ella era mucho más que mi secretaria. Ella dirigía mi agenda profesional de forma impecable, pero además, siempre añadía alegría a mi vida personal. No fui consciente hasta que se fue". -Entonces, al pronunciar estas palabras, el desasosiego se apoderó de él y siguió relatando cabizbajo sus sentimientos-. "Por la maldita crisis, tuve que despedirla y asumir la planificación de mi labor personalmente. Al hacerlo, empecé a sentirme autónomo, yo mismo con mi caos, como antes, como al principio de mi carrera; pero también me sentía solo. Su ausencia abarcaba más que el vacío que había olvidado en su despacho. También lo había dejado en mi corazón y yo no sabía que eso era lo que me estaba matando por dentro. Ahora no puedo olvidarla. Quizás me he dado cuenta demasiado tarde de que ha sido alguien especial en mi vida y quisiera que lo fuera para el futuro. Tengo que decírselo antes de que sea demasiado tarde". Y suspiró hondamente.

- "Me lo temía, siempre hay una mujer, pero no se qué puede hacer para remediarlo en una situación así... no estará pensado alguna locura como salir a la pista de aterrizaje o pedirle matrimonio en el aeropuerto. No será capaz de hacer una cosa así, ¿verdad, Señor?"

- "Ahora que lo menciona, tal vez no sea mala idea, amigo... hoy era una mañana estraña, hasta que no he cogido su taxi, no tenía nada claro. Pero es un día lo suficientemente atípico como para cambiar el rumbo de una vida. O si ella dice que si quiere, la de dos vidas hacia un solo camino."

- "¿Está seguro?"

- "¡Nunca lo había estado tanto de algo! ¡No tengo nada que perder!"


- "Entonces le recomiendo que vaya poniéndose la corbata, Señor, vamos a tomar la autopista..." -pisó a fondo el acelerador y rugió el motor del viejo taxi, que transmitió toda su energía al interior del coche y a sus ocupantes-.

- "Gracias, Steve, sabía que usted me llevaría a mi mejor destino. ¡Deséeme suerte!" -Exclamó mientras recuperaba poco a poco la autoestima a medida que se hacía el nudo-.

- "No hace falta, Señor, estoy seguro de que la tendrá."

London Taxi (I)


- "Hola, Buenos Días. Por favor, lléveme a algún lugar...", dijo cerrando la puerta del típico Taxi londinense.

- "Perdone Señor, no he entendido bien, a dónde dice que quiere que le lleve?", replicó el conductor girándose para ver mejor al apresurado pasajero. Steve estaba sorprendido con el destino tan especial que acababa de oir.

- "A algún lugar lejos de aquí. No importa."

- "¿Hay algún problema, caballero? ¿Se ha metido en algún lío?". Preguntó Steve con gesto desconfiado.

- "No, en absoluto, arranque el coche, le pagaré bien... y si quiere, la carrera se la doy por adelantado", comentó aquel misterioso individuo, mostrándole un buen montón de libras recién sacadas de su bolsillo.

- "De acuerdo señor". Se giró nuevamente y encendió el motor del coche. Empredió una ruta sin dirección. Pensó una vez más que la gente que recurría a sus servicios era cada vez más extraña. Pero aquel tipo tenía algo que le hacía diferente. Iba bien vestido, enfundado en un elegante traje de raya diplomática de estilo italiano. En el asiento estaba apoyado un imprescindible pero bonito paraguas que seguramente habría adquirido en una boutique del centro de Londres. Su corbata era discreta y clásica. Su camisa de sastre, a medida y con gemelos. Hablaba con un acento extraño, trabajado pero con un deje particular. Supuso que sería español o italiano por sus facciones, pero sus refinadas maneras le despitaban. Parecía un caballero británico.

Transcurridos algunos minutos entre la confluidas calles, incómodo por el silencio de su cliente y por no saber hacia dónde ir, Steve carraspeó y murmuró nuevamente...
- "Señor, ¿le parece bien por donde vamos?"

- "Si, me parece perfecto". Observaba los edificios de abajo hacia arriba y en algunas ocasiones detenía su mirada en la gente anónima que paseaba por las aceras. "Es difícil salir del centro de Londres sin transitar por miles de calles, cruces y semáforos, ¿verdad?" Aprovechó el silencio y continuó hablando. "Pero no se preocupe, no hay prisa. Necesito tiempo para pensar. Y perdone mis maneras, tal vez he sido un poco brusco al principio. ¿Cómo se llama usted?"

- "No se preocupe, no es necesario que se disculpe. Steve, Señor... me llamo Steve Greeny."

La experiencia le había hecho creer que sólo exisitían dos clases de clientes. Los que no hablaban más que lo extrictamente necesario, -lo cual no incluía siempre los formalismos de educación y cortesía- y por otro lado los que no callaban aunque tuvieran que hablar sobre la manilla de la puerta. Steve aún estaba en la fase de tanteo para saber como actuar.

- "¿Lleva muchos años al volante de este mito de postal, Señor Greeny?"

- "Si, Señor, desde los 21 y ya tengo 63. Toda una vida."

- "Y en todos estos años... ¿Qué es lo que más le ha llamado la atención de trabajar cara al público, que se sube y baja de su coche cada día, cada noche, Señor Greeny? Cada carrera será una historia diferente a la anterior, ¿no?"


- "Oh, Señor, llámeme Steve, por favor. No me acostumbraré nunca a oir mi apellido para que se referieran a mi. Mire, Señor, he visto y he llevado sobre estas cuatro ruedas a todo tipo de gente, todo lo imaginable. Madres a punto de dar a luz, jóvenes enamorados que se dan su primer beso al despedirse, yuppis con prisas, sin tiempo y comiendo cualquier cosa, yonkis que deambulan de garito en garito, abogados que revisan mil papeles antes de entrar a los Juzgados, gente adinerada con perritos en bolsos carísimos, famosos, inmigrantes asustados que apenas conocen el idioma, borrachos en retirada, alguna novia que llegaba tarde a su boda, punkies que pegaban con la cresta en el techo e incluso he llevado a un bombero a sofocar un incendio." Steve estaba sonriendo al recordarlo.

- "Ajá... lo que me imaginaba, muy variopinto, ¿Y usted sabe qué tenían en común toda esa gente?" Comentó entusiasta el joven caballero.

- "Pues ahora que lo dice, Señor, no sabría qué decirle. Supongo que... nada."

- "Pues se equivoca, Señor Greeny... o mejor Steve, ya que me ha permitido la confianza. Deslizándose al borde de su asiento, para transmitir mejor su énfasis, prosiguió con su discurso. Yo creo que si, creo que todos ellos tienen algo en común y por eso se suben a su taxi."

martes, 24 de febrero de 2009

Los vascos de bien, ETA y Mr. Spock

A 5 días de las elecciones vascas, la banda terrorista ETA hace acto de presencia en la campaña electoral de la única forma que sabe hacerlo. Poniendo bombas y jodiendo a la gente. La última salvajada ha sido volar la nueva sede del PSE en Lazcano. Con la onda expansiva, los edificios de los aledaños se han visto también afectados. Pero lo peor de todo es que en esta sin razón, que debemos erradicar, exterminar y aniquilar de una vez por todas, hay muchas vidas anónimas que se ven trastocadas por la barbarie de estos analfabetos armados con pistola y bombas.

Los tapizados

Esta panda de becerros no son capaces de vivir en sociedad, por eso merecen todo lo malo que les pase, incluidas las leyes penales más exigentes que puedan darse en un Estado de Derecho. En Europa son el último reducto de irracionalidad organizado. Saben que su destino es la cárcel y se resisten a desaparecer, pero lo harán tarde o temprano. Estos retrasados intelectuales convierten al conjunto del país en un paradigma del desarrollo lastrado. Dan una visión de nuestra nación como tercermundista, sin valores, sin horizonte, donde suceden cosas que se escapan al civismo.

En el otro lado, la desolación de quien ha perdido su hogar, su vida y su techo. Estaba claro que alguna vez tenía que explotar alguien y reaccionar. Eso demuestra que el pueblo vasco de bien, está cada día más cansado de las patrañas nacionalistas, de los delirios que obstaculizan el progreso de la sociedad vasca y española (como el tren de alta velocidad, mil veces boicoteado) y que está harta de vivir bajo la tiranía del terror de unos pocos, mentecaptos y profundamente incultos.

Un vecino de la sede atacada, desesperado por perder su vivienda, ha atacado en la mañana de hoy una "herrikotaberna", uno de los locales donde se reunen los radicales proetarras y donde -como ya se ha demostrado- se financia a la banda terrorista ETA. Ha destrozado los cristales y parte del mobiliario interior, causando daños de consideración. De lo cual me alegro aunque no lleve a nada. Pero alguna vez hay que soltar la mano después de toda una vida encajando tanto.

Pues bien. La cara de este héroe anónimo ha sido difundida con total nitidez por las televisiones, causandole así un problema más a los que ya tiene sin casa y con la justicia por los destrozos. Ahora estará señalado de por vida como un enemigo de Euskal Herria y la convivencia en ese simulacro de sociedad será aún más difícil para él. No sería de extrañar que sufriera la violencia en primera persona por parte de los simpatizantes abertzales. O más aún, se convirtiera a la vez en símbolo de la resistencia de una sociedad que está hasta los mismísimos y pasar a ser también objetivo de ETA.



ETA se siente amenazada con los símbolos civiles, políticos y públicos y se entretiene por ejemplo, en patrañas como criticar series que se emiten en la ETB, caso Texas Rangers, de Chuck Norris. El motivo no es otro que el desacuerdo, porque defienden valores con los que no están en sintonía. El respeto a la ley y el orden. Los buenos ganan a los malos. Es normal que no estén de acuerdo, pero emitir un comunicado para señalar este simplismo denota que el intelecto brilla por su ausencia entre los extremistas de la izquierda encapuchada.

A todo esto, no tienen desperdicio las declaraciones del alcalde de la localidad, del PNV, -el partido de Mr Spock Ibarretxe, perpetuo en el poder, siempre tan comprensivo con los chicos de la gasolina-, que a pesar de entender la desazón del protagonista de los destrozos, anima a los propietarios del local radical a denunciar los daños ante las autoridades pertinentes. Al final tendrá que pagar por todo, ponerlo de su bolsillo y marcharse a su casa destrozada. Ésa, su casa, la pagaremos todos nosotros, no ETA, ni el alcalde peneuvista.


Una razón para ver que una parte de
la sociedad vasca está podrída.

Lo que se ven, son manos en forma de pistola,
la canción es una versión de Barricada "No hay tregua"
y el estribillo, inenarrable.
Da ASCO!

jueves, 19 de febrero de 2009

Qué pesadez!

Ponemos la tele y a cualquier hora tenemos que aguantar hordas de horteras, monigotes del panorama del corazón, buscadores de morbo y por supuesto ese subgénero humano que son los periodistas que auspician todas estas disciplinas. 5 años de carrera (los que la tengan, porque muchos ni siquera eso) tirados a la basura, moviéndose entre ella, para tirárnosla a nosotros e intentar impregnarnos a todos con la misma. Es la basura intelectual española, que crece por doquier y aumenta con cada nueva generación.


Son infinitos los seguidores de DEC, Corazón de Temporada, La Noria, Está pasando y un largo etc. Pero más que telespectadores son zombis que no zappean. Se quedan anonadados viendo el último exabrupto de la Esteban -que salió del barrio pero el barrio no salió de ella-, pruebas de paternidad de supuesta sangre azul y no tan azul, los detalles más escabrosos de los crímenes que nos horrorizan en los telediarios destripados a milímetro, los carísimos modelitos de la Pa (taki), Pe (nélope), AR (Ana Rosa), y así un variado rosario de desperdicios audiovisuales hasta el infinito.

Estoy cansado, harto de la Obregón, la odio con total irracionalidad, porque es insoportablemente pedante, hortera y barriobajera. Se elevan los altares, a hombres y mujeres por méritos simples de dudoso esfuerzo, deshonrosa factura y segura reprobable moral. Dinios, Pajares, Bárbara Rey y la Pantoja. Me aburren soberanamente. Ni siquiera me estimula seguir el rastro del Ex de la Ex del Ex que tenía como Ex un o una Ex de un o una famosillo/a. Me importa muy poco si a la tonadillera ya no le pone el camarero bigotes (el otro, no el de Aída, que para esa serie tendré otro apartado). Es irrelevante que ahora ya no pueda ser alcaldesa de Marbella, -menuda panda-, si canta poco o canta mucho en la ducha de Mi Gitana, si tiene un vis a vis carcelario o con esposas puestas o si está más seca -con los medios- que una hoja de otoño.

Triunfitos, Grandes Hermanos, Hombres, Mujeres, algunos animales y vicerversa. Nivel intelectual de los participantes, 0. Desgaste por razonamiento en sus intervenciones, 0. Aportación al estímulo neuronal propio, 0. Pero la masa más simple y numerosa de la sociedad pide más. Y tendrán más porque es una pescadilla maloliente que se muerde la cola. Y da dinero.



Odio la vena de la Patiño, la prepotencia ignorante de Maria Teresa Campos, la incultura de su hija, la patética decadencia personal y profesional de Lydia Lozano, el sectarismo político de las distintas cadenas a la hora de analizar el pan de cada día y por supuesto, no entiendo la cuota de loca-gays que hay en todos los programas. Si esa fuera en proporción a la sociedad, algunos tendríamos que ser declarados polígamos heterosexuales por ley, en aras a la perpetuación y supervivencia (gay o no) de la especie.

Ahora el colmo es que los crímenes más reprobables son emitidos con kilos de morbo en Prime Time, incluso rozando la ilegalidad con menores, trabando o dificultando las investigaciones por la torpeza de quienes manejan tan delicada información. A nivel criminal, terrorista o de violencia de sexo (el género es atributo de las palabras, no de las personas). No se escapa nada a estos devoradores de audiencia sanguinaria.

Por mí, trataría todos estos temas en un sólo canal, estatal y público para que nadie se lucrara (y si hay lucro, revertiera en nosotros mismos), con 24 horas de cobertura de miles de cámaras sobre una isla perdida en la que cantantes, artístas, faranduleros, modelos, cazacrímenes, periodistas sin título, cultura o ética (ostentarlas a la vez es imposible) presentadoras estrellas y estrelladas, famosos y afamados, toreros sin arte ni parte, todos ellos analfabetos voluntarios, se mataran entre sí para poder sobrevivir. Eso es lo que tienen que hacer cada día millones de españoles que no comen de la sopa boba que es trabajar en o para la caja tonta.


Finalmente queremos tener una juventud con valores, una igualdad y defensa total de los derechos, ser representados por una clase política que nos lleve a buen puerto en todos los ámbitos en los que nos movemos como sociedad... ¿pero qué sociedad? Si es la misma que sustenta todo este circo, tenemos lo que merecemos y lo preocupante es que constantemente lo seguimos generando para peor. Y aún nos sorprende que los temas de empaque no preocupen al público en general hasta que les tocan en primera persona. Entonces será cuando se quejen, pero sin esgrimir argumentos para sustentar su indignación. No tienen ni idea de la causa de sus males, siendo más fácil recurrir a los topicazos, clichés y slogans. Simplismo materializado sin necesidad de racionalizar nada. Encenderán la televisión y se relajarán, olvidándose nuevamente de todo. Idiotizados.

Me voy a escuchar la radio.

martes, 17 de febrero de 2009

La esencia viene en frascos pequeños: Kylie Minogue!

Otra de mis musas musicales para el bailoteo y pasarlo bien. Desde hace tantos años que creo haber vivido su evolución de tal manera que ahora me siento orgulloso de haber apostado por ella. Antes y ahora. ¿Is better the devil you know? No, fue mejor lo que estaba por venir.



Desde luego, aunque el tiempo pase, ella mejora como el buen vino. Canta baila y diseña y todo lo hace bien. Espectacular. Le deseo muchos años de éxitos, salud (ya que pasó una mala racha con el maldito cáncer) y muchos hits para bailar! I love Kylie!




lunes, 16 de febrero de 2009

Llévame allí otra vez


Debo alejarme de ti, dejándote atrás al caminar;
sonries una vez más cuando me vuelvo a girar.
Tengo que mirar al frente y vencer la atracción
de tu magnetismo, debo pisar el mundo real.

Vagando por las calles de una antigua ciudad
sin rumbo fijo, me cruzo con gente diferente
cuyas caras no reflejan ni bondad ni maldad.
Abstraido, tú eres un bucle en mi mente.

Mi cabeza da mil vueltas sobre lo mismo,
una y otra vez, se repite como una obsesión.
Sabes que sufro vertigo en el borde del cielo,
a donde me has llevado sin aparente razón.

Extendí la mano y te dejé hacer el resto,
ascendimos, ganamos altura, me dejé llevar.
Para tí es fácil porque tienes alas blancas,
pero yo tengo miedo a caerme; no se volar.

Nunca había estado allí, solo no sabría llegar.
Quiero regresar a ese límite de eterno final.
Somos ligeros, incorpóreos, almas en libertad,
buscando la línea de un horizonte por rebasar.

Mañana espero que me lleves contigo otra vez,
a ese secreto lugar que está entre el cielo y mar,
donde el deseo se hace realidad sin hacerse rogar.
Quizá en un futuro llamemos a ese sitio felicidad.

sábado, 7 de febrero de 2009

Boston's Jazz Club

Aplausos. Acordes sueltos. Humo y un sin fin de gente que habla en voz alta pero moderada. Algunos susurros y algunas risas. Velas encima de las mesas. Cómodos sillones y un escenario que estaba a punto de iluminarse de nuevo. Por fin llegaba mi copa y la traía Cinthia, la camarera más simpática de todo el local. Era viernes y todo era perfecto; incluso el traje había pasado de ser el uniforme semanal a mi elegante carta de presentación.


Recomiendo escuchar a George Michael mientras se lee.

El solista ajustó el micro mientras se sentaba en un taburete alto. Guiñó un ojo al pianista del grupo, se giró, bebió un trago corto de agua y mientras esboza una sonrisa cómplice, miró al público. Fue comenzar a sonar la música y se hizo el silencio del respeto artístico. Era mi club favorito de jazz. No había cambiado nada en años y conservaba su estilo tan original como antiguo. El paraiso para tomarse una copa tranquila, solo o en compañia. Para mí era un refugio del que me costaba salir, pero siempre era una parada obligatoria tras días de duro trabajo, las cenas o simplemente para iniciar el fin de semana. Mis sentidos se habían habituado a escuchar aquellas melodías cálidas de voces suaves y alma negra.

Me encontraba en un espacio en el que podía guarecerme de la hostil ciudad, del stress y las inoportunas compañías. Mi paraiso particular y secreto. Nadie podía localizarme mientras estuviera allí. Al entrar por el umbral de la puerta y casi antes de bajar las escaleras, el móvil ya estaba apagado, con un movimiento automático, en una desconexión total con el mundo exterior. Pero aunque no lo estuviera, había suficiente subsuelo de diferencia con respecto a la calle como para que la cobertura de la mejor compañia telefónica rebotara en sus muros. Si a pesar de ello la indeseable llamada lograba sortear el desnivel, siempre cabía la esperanza de que se perdiera confundida entre notas del saxo y el vibrante tono no diera con su destinatario.


Estar desaparecido de aquel caótico y agresivo mundo era una forma de sentirse libre, al menos durante un tiempo determinado a mi voluntad. Sin horarios, ni obligaciones. El sabor del whisky era diferente en Boston's Jazz Club. El reloj se detenía en cada canción y sólo corría en las breves pausas que los músicos hacían entre exquisitas Jam sessions. No era infrecuente que en cada interpretación, cerrara los ojos buscando aislarme por completo. Entre la oscuridad y la tenue luz de las velas, la música fluía suavemente hasta llegar a mis oidos, llenaba mi capacidad sensorial y arrastraba a los demás sentidos, confluyendo en un gran placer. Siempre quería más.

Aquella noche no era una noche más. A pesar de no tener a nadie a mi lado, en mi mesa, no me sentía tan solo. Aún quedaba tiempo y muchas notas que escuchar.

martes, 3 de febrero de 2009

En el faro. Abrígate, que hace frío y llueve...



Aquí os dejo un video impresionante de mareas y tormentas marinas. No me digais que no estaría bien estar en el faro con un chocolate con churros... De noche tiene que ser tremendo. Disfrutadlas.

lunes, 2 de febrero de 2009

Atrapado en el tiempo...

Pues sí amigos, hoy es el día de la marmota! Es 2 de Febrero!

"Phil, la marmota más famosa del mundo, vio hoy reflejada su sombra, lo que significa, según la tradición de la localidad estadounidense de Punxsutawnew, que a este frío invierno todavía le quedan seis semanas más.

Cuenta la leyenda que el 2 de febrero las marmotas se despiertan brevemente de su hibernación, y si al salir al aire libre se puede ver su sombra sobre el terreno, el invierno durará al menos seis semanas."

Un día como hoy es el que relata la genial película de Bill Murray, Atrapado en el tiempo. A veces, cuando nada extraordinario ocurre, ¿No sentís como si todos los días fueran el mismo? Nos parecen iguales, uno detrás de otro, y otro y otro más. Pero nada más lejos de la realidad.


Quien piense que es así, es que está equivocado. Cuando la rutina se apodere de tí, sólo hay una salida por la que salir necesariamente si no queremos morir en vida. En cada segundo tenemos una oportunidad de podemos cambiar nuestro destino. Es lo bueno que tiene ser libre. Me niego a creer que hagamos lo que hagamos estamos obligados a llegar a un final predeterminado desde nuestro nacimiento. Sería tan injusto como falso. ¿Qué esperanza habría? Nos dejaríamos llevar como un tronco empujado por la fuerza del río.



Ni siquiera los mejores momentos que hayamos vivido tienen que ser los mejores que jamás podamos disfrutar. Siempre habrá satisfacciones que suplirán las decepciones que la vida reporta necesariamente. Y las segundas son necesarias porque así podremos apreciar mejor las primeras. Debemos convencernos de que después de una cosa mala, siempre vendrá una buena y no al revés. Una vez, alguien que se preocupa por mi, me dijo: "La suerte siempre está de cara", y mientras contaba esto, me enseñaba la palma de su mano. Acto seguido, girándola de forma muy lenta, continuó diciéndome: "y solo alguna vez, nos da la espalda". No sería justo ver en todo momento la botella medio vacía.

Y en cada fracaso que cosechemos, existe una nueva oportunidad de no cometer los mismos errores. Levantémonos y sigamos luchando por cambiar nuestras vidas hasta que lleguemos a un punto en que nos demos por satisfechos con la batalla que hemos brindado por mejorarla y veamos abundante la herencia que dejamos a los nuestros. Cada día que sale el sol es una ocasión de cambio en positivo. Ningún día es igual que otro, ningún minuto, ni quiera hay dos segundos exactamente idénticos. Eso si, todos tienen en común que se van para no volver, irremediablemente, sin tener vuelta atrás. ¡Exprimamos al máximo nuestro tiempo porque no volverá jamás! ¡Busquemos aquello que nos pueda dar la felicidad! ¿Y qué es la felicidad? Cuando lleguemos a ella, la reconoceremos.