miércoles, 26 de noviembre de 2008

¿Por qué se apagan las estrellas?

El pasado día 24 de noviembre hizo 17 años desde que se apagó una de las estrellas más inigualables del firmamento del rock. Freddy Mercury desapareció para siempre y nos dejó sin su figura pero dejó el mito de una verdadera figura del escenario.

God save the Queen.

Freddie Mercury (nació en Stone Town, Zanzibar (Tanzania) el 5 de Septiembre de 1946 y falleció en Londres, en 1991). Su verdadero nombre es Farrokh Bomi Bulsara. Fue un brillante músico, que conoció la fama con el grupo Queen. Ejercía de solista, compositor, pianista y guitarra ocasional en los conciertos. Es innegable que es uno de los mejores cantantes de Rock de la historia.

Extravagente, visionario, espectacular, no dejaba indiferente a nadie. Su estilo propio arrastraba a toda la banda y la fuerza de su voz elevaba la calidad de las entregas en cada ejecución. Tal vez le hubieran quedado por delante muchos años de música, -nunca lo sabremos-, pero yo creo que nos ha regalado su esplendor ya en vida. Se fue en lo más alto. Y así lo recordaremos todos.


El maldito SIDA se lo llevó un triste día de noviembre, un día que sus familiares, amigos y fans jamás hubieramos querido que llegara. Fue una víctima más de la explosión que sufrió la sociedad de los años 80, tan creativa, independiente y transgresora con lo anteriormente establecido como castigada. La década de las drogas que más gente se ha llevado a la tumba. La época en la que explotó el SIDA, esa misteriosa enfermedad que primero hostigaba a unos sectores concretos de la sociedad pero que poco después, se fue extendiendo por todo el mundo, afectando sin discriminación alguna al género humano.

La crueldad se cebó con una sociedad que se manifestaba constantemente por su libertad. Aquella juventud pagó demasiado caro su atrevimiento o su falta información. Información que no tuvimos clara hasta mucho tiempo después. Hoy en día aún luchamos por aniquilar esa plaga que nos azota desde hace demasiados años. Da la casualidad que una semana después de su aniversario mortal, se celebra el día mundial contra el SIDA, el 1 de Diciembre de cada año. ¿Quien podía pensar que el amor pudiera matar de la forma que lo hace?


TOO MUCH LOVE WILL KILL YOU

...ESTO NO TIENE SENTIDO
CADA VEZ QUE VUELVO ESTOY DESTINADO A PERDER.
TANTO AMOR TE VA A MATAR
ESTOY TAN SEGURO COMO NADIE.
ESTO TERMINARÁ AGOTANDO LA FUERZA QUE HAY EN TI
TE HARÁ SUPLICAR, GRITAR Y ARRASTRAR
Y EL DOLOR TE VOLVERÁ LOCO
ERES LA VÍCTIMA DE TU CRIMEN
TANTO AMOR TE VA A MATAR... (QUEEN)

Estatua homenaje a Freddy Mercury en Montreux,
a los pies del Lago Geneva, Suiza.


Mercury, te fuiste y nos dejaste en herencia el talento, tu recuerdo y mil canciones. Tu obra sigue viva, más que nunca. Cada vez que alguien le da al play -no pocas veces en el mundo por minuto- y surge tu voz desgarrada, tan potente, siempre melódica, sigue yendo directa a la emoción. Sigues transmitiendo tus sentimientos, la expresión, las ganas de vivir, incluso en la estatua que te recuerda en Montreux. Ojalá pueda tocarla algún día y ver lo que tú ves desde allí.
Show must go on, Freddy.

domingo, 23 de noviembre de 2008

¡ENHORABUENA CAMPEONES!

¡Sois los mejores del mundo!

Gran eliminatoria, gran juego, grandes jugadores que se han sabido sobreponer al peor de los escenarios y acallar a 10.000 energúmenos exaltados con un gran tenis. Gracias a todos por hacernos tan felices en un fin de semana vibrante. Lo vivimos casi al borde del infarto, pero ahora nos sabe mucho mejor. Un magnífico año deportivo que se cierra con un broche inimaginable. Es un orgullo ser español.

Después de constatar lo antideportivos que pueden llegar a ser, -con graves insultos incluidos a coro de toda la grada-, ahora solo les queda llorar. Ni con esas.

Llora por tí, Argentina!

Argentina siempre ha sido una tierra de buenas carnes, pero la ensaladera, ¡Nos la llevamos nosotros! ¡Adios, boludos! ¡Vaya cara que os ha quedado! Por la boca muere... el argentino.

PD: Del Potro, ¿como era lo del calzón? Revísatelo, que lo tienes marroncito.

lunes, 17 de noviembre de 2008

Argentina no tiene educación ni quien se la ponga.

La Copa Davis está demostrando que Argentina no tiene educación ni la suficiente madurez para afrontar una final de tenis contra España. Tal vez alguno puedan ver la manera de vengar las andanzas de sus descubridores, allá por la época dorada de la que ellos llaman Madre Patria. Madre Patria solo para lo que interesa.


Han sido constantes las provocaciones de la afición y las considero auspiciadas por las autoridades deportivas que no cortan por lo sano ni reprueban dichas acciones. Las personalizan en Rafael Nadal, un deportista ejemplar que no ha abierto la boca. Tampoco ha levantado la voz la ni las estancias deportivas de nuestro país ni otros deportistas implicados. Mejor así. Para hablar mejor hacerlo en la pista. Pero sería engañarnos si pensáramos que lo que allí se van a encontrar nuestra selección, no es una encerrona antideportiva.

No es nuevo. La mano de dios, la del Kun y la de Messi demuestran generación tras generación que la trampa es aplaudida y arraigada en aquellas latitudes. Los argentinos se han caracterizado por una actitud siempre bronca. Tal vez se lo confiera el caracter de incultura del que surgen algunas de sus figuras, pero es impresionante la facilidad con la que se pegan los malos modos hasta en la clase política.

Una nación que ha sufrido los políticos que han tenido durante años, lustros y décadas es por que se los merecen o porque el pueblo no da para más. Las crisis económicas han paralizado el país en busca de una solución protestada a cacerolazos a las puertas de los bancos. Exponente del simplismo de la desesperación. El corralito debería ser para los dirigentes que no han sabido llevar una nave repleta de oportunidades a buen puerto. Pero la sociedad vive adormecida. Sólo es capaz de excitarse con la albiceleste en cualquiera de sus disciplinas deportivas, a cualquier precio y en ocasiones sometidas a la irracionalidad de la violencia. Pan y circo. Muchas imágenes de crudas revueltas en los estadios -y fuera de ellos- han llegado a nuestros telediarios y siguen repitiéndose. Para su desgracia, protagonizadas por simples ignorantes.

Las extremas medidas de seguridad y las duras
intervenciones policiales en los estadios son habituales


El extremo del aletargamiento es tal, que puede causar más influencia las palabras de Maradona que las del Presidente títiritero de turno. Así se funda la Iglesia Maradoniana cuyos preceptos podemos ridiculizar a continuación.

http://www.iglesiamaradoniana.com.ar/

Los 10 mandamientos de D10S:
  1. La pelota no se mancha como dijo D10s en su homenaje.
  2. Amar al fútbol por sobre todas las cosas.
  3. Declarar tu amor incondicional por el futbol.
  4. Defender la camiseta argentina, respetando a la gente.
  5. Difundir las palabras del "diego maradona" en todo el universo.
  6. Alabar los templos donde predicó y sus mantos sagrados.
  7. No proclamar el nombre Diego en nombre de un único club.
  8. Amar siempre los principios de la Iglesia Maradoniana.
  9. Llevar Diego como segundo nombre y ponérselo a sus hijos.
  10. No ser cabeza de termo y que no se te escape la tortuga.
Esto es el Diego Nuestro, la oración:

Diego nuestro que estas en las canchas. Santificada sea tu zurda, venga a nosotros tu fútbol. Hágase tu calidad tanto en el cielo como en la tierra. Danos hoy los goles de cada día, perdona nuestras patadas, como nosotros perdonamos la mafia napolitana, no nos dejes caer en la tentación de manchar la pelota y líbranos de Havalange. Diego.

Y el orondo ídolo drogadicto de pies embarrados contesta agradecido:

"A los fundadores de este movimiento y a los hinchas que participan les agradezco en el alma que me tengan tan presente en la memoria y en su corazon. Gracias". Diego Maradona.

Sobre estas líneas el ASPIRANTE
contra las drogas,
acaba con ellas sin dejar rastro.

Así va el país. ¿Qué esperaraban ustedes? ¿Educación británica, glamour francés o elegancia italiana? Pues no. Eso solo se encuentra en Europa. Lo penoso es que no pidan más que ostentar una federación para competir. Confío en el equipo español de Davis para doblegar las trampas y el ambiente boludo. Nosotros debemos aportar exquisitez en el juego e inteligencia como respuesta a los más que posibles estímulos desquiciantes. El complejo argentino no se cura aunque se gane un partido. El complejo sigue ahí porque es una marca indeleble de la ruindad y mezquindad personal.

Y como decía JM García, a un argentino hay que comprarlo por lo que vale -o sea, por nada- y venderlo por lo que dice que vale. Asi que menos darle al pico y más darle a la pala... o a la raqueta en este caso. Siempre serán infelices cuando miren a España porque no hay mayor diferencia ni distancia que tener clase.

martes, 11 de noviembre de 2008

¿Es España racista?

Los hijos de la Gran Bretaña se están empeñando en desacreditar a nuestro país con infundados artículos de prensa sensacionalista, -la habitual por aquellas latitudes-, y tacharnos de racistas a la mínima posibilidad que surja. El entorno de Hamilton, personajes como Alex Ferguson o la selección inglesa de fútbol, con su Federación a la cabeza, no paran de torpedear nuestro honor.

Ésta última ha reculado recientemente en su negativa a jugar un partido amistoso en el Bernabéu, -gracias a Capello, conocedor de nuestro país y amante de nuestro jamón- y ahora si aceptan gustosos a probar nuestro exquisito fútbol.

Por aquí se va a Madrid

¿No será que España empieza -deportivamente hablando- a sonar como un duro rival y que las campañas de descrédito afloran como setas en la humedad del bosque? ¿Habla la envida o habla el desconocimiento? En todas las casas cuecen habas y en algunas a calderadas. Lo importante es que antes de señalar al prójimo deberían mirarse al ombligo un poco.

Según recogía El Mundo no hace mucho, "Denuncia por racismo en Inglaterra: una escuela dio el papel de "monos" a los dos únicos alumnos negros"

El insólito caso ocurrió en un establecimiento de Bristol. Para el acto escolar de fin de año, el profesor dispuso que los dos chicos negros hicieran el rol de monos en la obra. Los padres denunciaron que se trataba de "racismo evidente".

Una denuncia por racismo fue presentada después que los dos únicos niños negros de una escuela, entre 60 de su curso, recibieron el rol de "monos" en el acto escolar de fin de año de la Hashley Down School de Bristol, de Inglaterra, donde se pondrá en escena la obra "La isla encantada".

TRISTE. Myles Stevens, el alumno de siete años que fue discriminado.

Añado: aquí el único mono es el profesor cretino. Si esto no es racismo que baje Dios y lo vea. Y lo verá, claro que lo verá, como lo vemos todos.

También es justo que nostros no miremos a otro lado. Todos tenemos preferencias en los diversos aspectos de la vida. Lo que mueve a esas preferencias es lo que lo convierte -nos convierte- en racional o irracional. Cuando un sentimiento -filia o fobia- se genera con una absurda fundamentación como es el color de la piel, su religión, sexo o miles de criterios que nos diferencian, -y nos hacen más interesantes-, es cuando peligra realmente la cordura. Pero es llamativo ver como lo que a primera vista parecería un objetivo fácil de racismo se convierte en admiración y viceversa. En tu equipo favorito puede militar un jugador negro y ser el ídolo. Y sin embargo cuando un rival es de su misma raza, provoca un reprobable rechazo en los sectores más ultras, los mismos que aplauden las virguerías del local. Es decir, el racismo no es expresión de una causa-efecto indeferenciada, si no que su exteriorización se convierte en un arma arrojadiza dependiendo de quien es el receptor. Es capaz de distinguir entre potenciales iguales.

Otro rasgo que descubre lo complejo del racismo-elector es el factor económico y status social. Una persona con poder y fama no es tratado del mismo modo que una persona que no tiene donde caerse muerto. Pongamos ejemplos que suscitan admiración: Obama, Tiger Woods, Nelson Mandela, Beyoncé, Tina Turner, Kobe Bryan... todos ellos negros y en el otro lado, el mendigo de la esquina o del supermercado de nuestras calles. El mendigo es blanco. Piensen.

Seguro que las hormonas no son racistas

Pero la reacción va más allá cuando no se trata de un mero observador. Cuando un individuo común debe una modesta cantidad de dinero, se le ejecuta por petición del banco sin más avisos que los meramente preceptivos. Cuando el que debe es un afamado cliente o simplemente debe una fuerte cantidad, es la propia banca la que le invita a comer -comida "de negocios" con cargo al banco que mantenemos todos- para renegociar la deuda.

Por último y enlazando con el factor económico, está el lenguaje. El propio léxico hace que diferenciemos etiquetando. Un jeque jamás será un moro con dinero y un afamado deportista de color, -de color negro, les falta decir siempre- jamás será un negro que hace deporte. Un gay tiene estudios, es un sensible artista o lo quiere parecer y un maricón adolece de todo pedigrí. Aquí también está el racismo a la carta.

Yo me declaro racista. Me declaro profundamente racista de tontos, necios e intolerantes. Sobran en todo el mundo. De esos hay miles, negros, blancos, latinos, americanos, asiáticos y europeos, cristianos, judíos y musulmanes, hombres y mujeres, gays, transexuales y heterosexuales. Incluso algunos mandan -y mandarán- de una forma más o menos directa sobre nuestro destino, teniendo incluso que padecerlos. O no, si podemos evitarlo. Lo que está claro es que racismo e ignoracia siempre van de la mano.

Pruebe suerte nuevamente.

Una vez escuché que algo estaba cambiando cuando el mejor golfista del mundo es negro y el mejor rapero, blanco. Creo que con Obama hemos rematado dando una nota de color -como poco esperando que sea algo más que puro marketing- a la Casa Blanca. Yo lo que les recomiendo es que busquen dentro de cada uno, en su cabeza y verán que nos somos tan distintos unos de otros. En todo.

miércoles, 5 de noviembre de 2008

Una noche más, una noche menos.

-"Estamos fuera"-, dijo el técnico de sonido. Colgué los cascos sobre el micro y con cansancio me levanté de la silla.

Preparar y emitir cuatro horas de radio exigen demasiado. Salí del estudio. De madrugada apenas había personal con el que cruzarse en la emisora. A veces es lo mejor que te puede ocurrir, porque te escapas con mayor rapidez de tu lugar de trabajo. Son momentos en los que incluso la cortesía se viste de vagancia y no quiere salir a presumir. No se trata de huir despavorido, si no de dar carpetazo a un día laborable más. Desde hace años, hago lo que me gusta, pero el cambio al horario nocturno se me hizo muy perezoso.

Mientras salgo del edificio soy consciente de que acompaño a miles de personas que me escuchan cada noche desde comunes e insólitas ubicaciones: desde sus coches, sus casas, sus propias camas o ajenas, desde sus trabajos, algunos verdaderamente duros. Barrenderos, médicos de urgencias, reponedores de supermercados, transportistas en rutas interminables, estudiantes que repasan en la noche anterior a un examen, insomnes voluntarios o forzosos, desde España o desde la otra punta del globo. Es una sensación rara hablar sólo y saber que son muchos los que están al otro lado sin poder vernos.

Sintonizan el dial desde un pequeño aparato japonés con cascos, equipos con altavoces de gran potencia, a través de Internet o desde la radio del vehículo que manejan. Es increible saber que por cualquier sitio imaginable se cuela el sonido de mi voz. Me escuchan con atención o simplemente en la inconsciencia distraída oyen ruido.

Me contratan cada noche como asesino de la soledad, sustituto de su incomprensiva pareja, somnífero, terapia contra la depresión, distracción, diversión o para no pensar en los problemas cotidianos hasta que se duermen. Estoy en todos y en cada uno de esos distintos lugares.
Piensan que mañana será un nuevo día. Tal vez sea tan monótono como el día que finaliza, pero se van con la esperanza de que sea distinto, que aparezca algún acicate que lo haga diferente, mejor.

Me dirijo al coche en un parking casi desierto. El guarda jurado me saluda con la misma mueca de cada noche, mientras relee un manido diario deportivo hasta memorizarlo. Se ve que prefiere el papel o cualquier otra cosa a las ondas. En estos momentos yo también. Al entrar en el habitáculo del conductor y sentarme, prefiero el silencio o el ruido del motor encendido a la radio. Cierro la puerta y me aislo. Se hace el silencio. Zumban mis oídos. Conduzco por las calles solitarias deteniéndome sólo en los semáforos para mirar las calles. Parecen eternos en cada cambio. Apetece saltárselos.

La ciudad está dormida, pero viva. Siempre con un mínimo de actividad que la mantiene alerta: se enciende la luz de una habitación en un bloque residencial, otra parece ya encendida desde hace horas en una oficina, otras tres más allá... Todavía hay personas que pasean su perro por los parques solitarios. Viandantes nocturnos u operarios que hacen de la calle su lugar de trabajo, se cruzan sin mirarse. Juerguistas de retirada tras la última copa. La que te mata, dicen. La ciudad late con ritmo relajado pero incesante, imparable.

Las intersecciones de los carriles no son la misma jungla de las mañanas. Los coches de policía patrullan y velan por el orden y la seguridad de los ciudadanos. Taxis que van y vienen, transportan historias diferentes en cada viaje. Sus conductores me habrán escuchado alguna vez, entre los códigos de la centralita, pero pocos -casi ninguno- me reconocerían cuando tomara sus servicios. La fama la adquiere mi voz y se la proporciona una frecuencia modulada. Te haces invisible, te cuelas en sus oídos y muchos se imaginan cómo eres. Suelen defraudarse si alguna vez te ponen rostro. Mejor así.

Aparcado el coche en el garaje, subo en el ascensor de mi edificio. Pienso fugazmente en el programa del día siguente. Abro la cerradura y traspaso el umbral de la puerta de mi casa. Sigue el silencio. Bendito silencio. Entro en el dormitorio mientras me voy desvistiendo desordenadamente. Mañana lo recogeré todo. Tirado en la cama miro al techo con la luz apagada. Estoy agotado. Enciendo la radio y cierro los ojos; quiero dormir.

Obama no es el mesias

Ya es una realidad. Barack Obama es el nuevo presidente de los USA.


No hemos tenido más remedio que seguir todo el largo proceso de elección presidencial, ya que el bombardeo mediático al que hemos sido sometidos ha sido brutal. Desde las primarias demócratas hasta el día de hoy casi ha transcurrido un año y medio. Hemos prestado más atención a estas elecciones que a las propias. Será porque en ellas también nos jugamos algo. Estamos reconociendo implicitamente que USA es la primera potencia del mundo y el mejor aliado del occidente europeo.

Obama ha sabido tocar fibras sensibles pero difíciles de movilizar, como la juventud -casi siempre indiferente-, los grupos raciales y sectores de la población que tradicionalmente se han visto siempre fuera del sistema. Lejos de ver las diferencias entre ellos mismos, ha conseguido que todos se sientan una sola América.


Los medios que han posibilitado ésto, -junto con los debates y mítines tradicionales- son los más populares entre la sociedad tecnológica: Internet y sus diversas opciones, como son las webs interactivas, blogs, foros, myspaces... Pero en estos canales no sólo se proporciona información. Las donaciones al partido demócrata han batido records históricos gracias a las pequeñas aportaciones on line de muchos entusiastas. Unos cuantos pocos, hacen un mucho. Y así ha sido. Un 75% de participación inscrita para votar es el reflejo de que algo ha movido la implicación del pueblo norteamericano.

Barack Obama ha conseguido que muchos le votaran o crearles empatía sin saber ni siquiera qué discurso lleva. Y eso que es un gran orador. Es el éxito de quien se lanza a una campaña revestido de un liderazgo hipnotizador. La marca Obama ha hecho posible que se le identifique con una opción segura. Instintivamente lo eliges distraido como cuando ante la clásica pregunta "¿qué va a tomar?" del camarero, respondes sin pensar: "una coca-cola".


Una brillante campaña, marketing efectivo y una imagen rompedora con todo lo anterior, han aupado al senador Barack a ser el hombre más poderoso del mundo. O casi. Mucho me gustaría saber quienes son los que verdaderamente dirigen la Casa Blanca. Los gurús del Estado, los grupos de presión y los compromisos adquiridos durante todo el proceso de elección, condicionan siempre las decisiones futuras de quien ostenta el cetro de poder.

La saliente administración Bush -con o sin culpabilidad, según el caso- deja un panorama poco alentador para afrontar los cambios que el senador de Illinois ha prometido. Dos guerras y una recesión económica mundial le condenarán a entenderse con el pasado si quiere cambiar el futuro.

En este momento, el pueblo de los Estados de la Unión tiene renovadas sus esperanzas con el cambio. Pero la ilusión es subjetiva. Es una proyección optimista de mejorar aspectos personales que no marchan como quisiéramos. ¿Qué pasará si Obama no es capaz de satisfacer todas las promesas de bienestar? ¿Qué ocurrirá si el presidente ha de tomar opciones impopulares pero necesarias para los USA? ¿Está preparado el pueblo norteamericano y el resto del mundo para que las cosas no salgan como cada cual espera o se despertarán del nuevo sueño americano?. Nadie duda de las buenas intenciones que el nuevo presidente pueda tener, pero una cosa es desear y otra cosa es hacerlo realidad.


Y aquellos que se frotan las manos sin Bush, les recomiendo que esperen un poco para tirar cohetes o intentar hacerse ahora la ansiada foto en la Casa Blanca. No olvidemos que antes que demócrata, Obama es un patriota; desde hoy es además un hombre de Estado y en ambas condiciones hay principios inamovibles.

Por último quiero hacer una breve reseña a John McCain, que aparte de tener que lidiar con un rival durísimo, se ha visto perjudicado por su segunda de abordo, Sarah Palin y la alargada sombra de George W. Bush. Si ustedes no saben nada de este veterano de guerra metido a político -con una larga trayectoria-, olviden los cliches que transmiten los de siempre. Simplemente escuchen, lean o háganse con el discurso de felicitación al nuevo presidente Obama. Se darán cuenta de lo que es un auténtico caballero. Me quito el sombrero. Cuánto tienen que aprender nuestros políticos. O tal vez, cuánta educación falta en nuestra sociedad.

lunes, 3 de noviembre de 2008

Me has visto caer. Espero que estés ahí para cuando me levante...

El hombre no se mide por la veces en que se cae,
si no por las veces que se levanta.


¿No sería bonito celebrar que alguna vez las cosas salen a la primera con el esfuerzo justo y con algo de suerte? Lamentablemente no siempre es así -o más bien, nunca-, y debemos luchar cada palmo de tierra que queramos conquistar; defenderla sin mirar atrás, creyendo que lo que está a nuestra espalda no está del todo ganado. Un día te levantas y te lo han quitado todo. Todo lo que pueden llevarte. Pero algunas cosas están tan dentro de tí que los demás ni siquiera alcanzan a verlo. Tu amor propio, tu actitud combativa, tu orgullo y tu fe nadie podrá arrebatártelas. Cuando te han despojado de todo lo material, sólo el refugio espiritual, nuestra propia esencia es lo que nos queda. Por ello debes conocerte, para saber que cuando sólo seas tú -en las circunstancias más adversas que existan-, sepas que tu interior es tan sólido como unos cimientos sobre los que debes construir un gran rascacielos que parte de la zona cero.

El fracaso no existe. Lo que existe es un estado anímico contrario al éxito. Pero quien es capaz de vencerlo, trinfará.

Un periodista pregunto a Edisson por su invento: "¿qué sintió después de haber fracasado dos mil veces en hacer una bombilla?". Entonces Edison pausadamente contestó: "Joven, yo no fracasé dos mil veces en hacer una bombilla; yo no he fracasado ni una sola vez, solamente ha sido un proyecto de 2000 pasos.


Cuando estás abajo del todo y nada sale bien, sólo puedes subir, aunque te zancadilleen y se burlen de tí. Subirás y cuando lo hagas procura que sea de una forma segura, sin ansias. Si lo haces bien será más difícil que todo se derrumbe otra vez. Verás la luz al final del tunel. Y mientras dure este tránsito por el infierno, vamos a ponérselo difícil. Serán ellos quienes ardan en el averno. Venderíamos cara nuestra derrota, si es que llega. Pero prefiero pensar en defraudar a todos aquellos que desean nuestro fracaso, porque no hay mayor desprecio hacia la envidia que el éxito propio. Y éste si que llegará. Tiene que llegar. Está ahí fuera. A por él.

Anastacia... la fuerza de la belleza!


Tras superar un delicado problema de salud, esta pedazo de ARTISTA rubia -¡Qué voz!- ha vuelto con más fuerza que nunca. Así lo demuestra en el video promocional de su último trabajo. Con un look más sofisticado aún, se revela que la norteamericana busca otros perfiles sin romper definitivamente con lo anterior y como siempre, acierta. Espero poder verte en directo algún día.



He querido incluir también otro video que me parece... interesante, One day in your life...