jueves, 3 de septiembre de 2009

Cuando falla la neurona.


Dice la noticia de Vanitatis que Megan Fox, declarada bisexual, (lo cual me parece muy bien siempre y cuando no sea producto del marketing o del snobismo, aunque ya dudo) ahora ha decidido mostrar la parte más desconocida de su controvertida personalidad. La actriz de la saga Transformers confiesa que cree firmemente que sufre de esquizofrenia.

En una entrevista con la revista británica Wonderland, Megan Fox revela que sufre de "brotes de esquizofrenia" y que ha tenido problemas mentales desde pequeña, aunque nunca le han sido diagnosticados por un psiquiatra. Como esta señorita no tiene la carrera de medicina, no lo puede asegurar al 100%, pero el que se encuentra mal y no acude al médico, está haciéndose un flaco favor con esa irresponsabilidad.

Una de dos: O es alquien que comienza a saber que no se encuentra bien y si realmente le preocupa está dando el primer paso para curarse o simplemente lanza la noticia para dar una imagen renovada con un punto medical-fashion. En una civilización que está sujetada por los pelos psicológicamente y en valores, hablar con esta frescura de la esquizofrenia me parece una frivolidad y más aún sabiendo que sus palabras pueden tener una repercusión enorme en determinados segmentos de la sociedad, peligrosamente entre los más débiles y en concreto, en los adolescentes. Y no se da cuenta del daño que hace. O no le importa, que es más grave.

Megan Fox no duda en estudiar meticulosamente la vida de su icono, Marilyn Monroe, fallecida por sobredosis a los 36 años, pues cree que sufre de los mismos problemas mentales que podrían llevarle a un final similar. "Básicamente leo cada libro que se ha escrito sobre Marilyn Monroe. Yo puedo acabar así porque constantemente lucho con la idea de que creo que soy retrasada o de que tengo brotes de esquizofrenia". Para mí, esta mitomanía es un detalle que ya me hace sospechar de su peculiar personalidad y por lo tanto de la falta de muebles -aunque sean de IKEA- en el ático de la morenaza. Salimos de dudas, es retrasada. Seguir la literatura hasta los extremos es bueno, pero llegar a la devoción por las biografías de Marilyn es ir demasiado al límite. ¿Busca sugestión? Tal vez. La actriz, lleva tatuada la cara de Monroe en el antebrazo. Fliparlo en colores. Mañana todos a ponerse una Marilyn de tinta china en la piel.

Lo reconozco, no puedo con ella.

No creo en los mitos porque creo que todos somos iguales. Considero que nadie es digno de ser llevado a los altares de la devoción profana por sus méritos humanos, aunque sí les podría reconcer -y de hecho lo hago de forma moderada- mi admiración por su dedicación y éxito -éxito que otorgamos el resto de humanidad a un igual-. El mito surge cuando de esa admiración se pasa al enaltecimiento que va más allá de lo terrenal pero sin llegar a la divinidad. Es el purgatorio de los reconocimientos a caballo entre lo común de los mortales y la santidad de los elegidos.

Pero continúa en Cosmopólitan: se declara muy segura a la hora de "proyectar su personalidad", no lo es tanto en su aspecto físico. "Soy completamente, histéricamente, insegura. Me odio a mí misma, soy introvertida y neurótica. No me gusta ser vista, me encantaría ser invisible" y la par, se confiesa ser mujer de un solo hombre y, al mismo tiempo, que le encanta coleccionar hombres atractivos. Si quiere ser invisible ha elegido una mala profesión, pero desaparecer está en su mano. Odio los problemas que no son problemas. Ahora recordemos que también se declaraba bisexual cuatro párrafos más arriba. Para ella el compromiso con su pareja Brian Austin Green -cuya relación empieza y acaba con mucha facilidad- es como un interruptor que puede activar o desactivar cuando quiera. "Puedo activarlo en mi cabeza y aunque tuviera a Brad Pitt frente a mí ni lo miraría. Pero también puedo desactivarlo y coleccionar hombres atractivos", señala. Un Brad Pitt que fue capaz de hacer salir de su trinchera politica-vacacional al escurridizo Presidente del Principado por retratarse junto a él, da que pensar que si una foto provoca tanta ansiedad, ¿qué no provocará un revolcón, querida Megan?

Tras admitir que le encanta tontear con los hombres y que ha puesto a muchos hombres de Hollywood en su sitio, Megan Fox afirma que "es divertido ver que un hombre trata de meterte en su bolsillo, pero en lugar de eso huye herido". En la misma entrevista la actriz sentencia que las mujeres son poderosas "porque tienen vagina". "Si estás en una relación heterosexual y eres una mujer, tú ganas". Y yo intrigado pregunto: ¿si estás en una de las otras, quien gana? La relación poder - aparato reproductor me parece obsoleta. El feminismo parece estar pasando por las fases primitivas del machismo en este momento histórico.


La cantidad de peligrosas gilipolleces y mensajes confusos que lanza esta señorita a las mujeres y adolescentes del mundo son que es normal sentirse paranoica, tener cambios de humor, utilizar a los hombres, que le gusta Brad Pitt, lo desea pero no puede ni tocarlo, que su novio es un hermano del Santo Jobb y que en definitiva, si tienes vagina, eres poderosa. Supongo que la tiene (ya no pongo la mano en el fuego por nadie) y demuestra su poder, el poder vaginal, para sostener y publicar tanta tontería en un papel que se vende sin que nadie la vete. En resumidas cuentas, puede estar contenta de haber salvado a su querida Marilyn del mito de que las rubias son tontas. También hay tontas que no son rubias. Demostrado.

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