miércoles, 22 de abril de 2009

El matrix catalán y los recreos vigilados

No saben geografía: Ignorancia
No lo expresan en catalán: Incongruencia


La última muestra del delírio catalanista secesionista entra en una dimensión cuanto menos curiosa. En su afán de ser diferentes al resto de España, ahora proponen llevar a Hollywood sus propias películas en catalán separadas de la propuesta española, por supuesto. Así, desean concursar y optar a la mejor película extranjera sin ser la nación reconocida que nunca serán si lo que quieren es progresar. Pero estos son pequeños pasos para el independentista pero un gran salto para... caer al vacío. Al vacío de los gestos y del contenido.

Piden insistentemente más financiación, -en plena crisis y debate autonómico- porque son los que más aportan al conjunto del Estado, y por ello deberían ser los que más perciben. Muy solidario todo. Lo tienen casi todo, pero lo que no tienen es la vergüenza de contar para qué se utiliza el dinero. La Unión Europea, antes de enviar fondos a los países, solicita un proyecto del gasto y si no se ajusta a los requisitos o si se miente en el destino que se le va a dar, tienen la facultad de denegarlo o incluso una vez dado, solicitar su reingreso, como debida sanción. Si ustedes, los catalanes, no tienen competencias en determinadas áreas -como exteriores-, es ilógico que se gasten el dinero en ellas. Abrir una embajada catalana en Berlín para poner al hermano de Carod Rovira al frente, no deja de ser un despropósito.

Vale, si, lo reconozco, lo camuflan muy bien, que si cultura catalana, intenciones económicas, que si la protección de las lenguas aborigenes de los pueblos sudamericanos -favoreciendo el biligüismo contra el español incluso más allá del charco-, etc. Es enfermizo. No me negarán que dar una dotación de un millón de dolares para una lengua de una tribu ecuatoriana no deja de ser un despilfarro teniendo los problemas que tenemos todos en general y ellos en particular con las infraestructuras y el desarrollo. Y se quejan después. Pero para estos gastos y los otros ya está Papa Estado.

Carod, haciendo el indio.

Cataluña y el Pais Vasco son como esos hijos caras que se independizan o dicen que lo hacen y luego vienen a casa de los padres con un carrito lleno de tuppers y la ropa sucia. ¿Acaso tu piso no tiene vitrocerámica y lavadora? ¡Claro, ya lo entiendo! Te has comprado una televisión de plasma y un home cinema... ¡Qué cosas más imprescindibles cuando tenías tele y cadena musical, mientras tus vecinos no tiene más que una radio! Aunque tienes un trabajo y bueno, no te da para todo. Lo entiendo. Pobre hijo, tan independiente, tan diferente, tan exigente. Y los padres qué tontos, que le siguen dando la paga, la comida y lavandería. Así nos va.

En el patio y en mi vida hablo ________ (completar al gusto)

El último capricho, la discriminación y opresión lingüistica a los niños. En un colegio de Cornellá, se puede leer un cartel que prescribe el uso del catalán en los patios. La razón es que la lengua vehicular en las aulas es el catalán y en el patio -es decir, el tiempo de recreo, de regocijo, lejos de la necesaria obediencia estricta de las clases- se oía más castellano que la otra -minoritaria en España- lengua romance. En plena globalización, migraciones masivas, flujos de gentes itinerantes, cuando más se necesita mejorar la comunicación, es cuando más se limita todo. Carod y compañía deben estar asustados, tal vez la mezcla de gentes desvirtúe Cataluña. ¿No suena un poco nazi todo esto si lo juntamos con la búsqueda del RH vasco?

Ahora los niños se quieren parecer a Iker Casillas o a Fernando Torres, Iniesta o Xavi, flamantes Campeones de Europa con España, -el equipo de todos, algunos de ellos catalanes que no se cortaron en celebrar el título como se merece-, pero deben pedir el balón de su patio en la lengua de Victor Valdés y Oleguer, interregionales por Catalonia. Estarán conmigo que eso no es libertad. Tal vez lleguemos al extremo en el que pongan un vigilante catalanoparlante para observar si en el trayecto de casa al colegio y viceversa se utiliza la lengua del régimen.

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