jueves, 19 de febrero de 2009

Qué pesadez!

Ponemos la tele y a cualquier hora tenemos que aguantar hordas de horteras, monigotes del panorama del corazón, buscadores de morbo y por supuesto ese subgénero humano que son los periodistas que auspician todas estas disciplinas. 5 años de carrera (los que la tengan, porque muchos ni siquera eso) tirados a la basura, moviéndose entre ella, para tirárnosla a nosotros e intentar impregnarnos a todos con la misma. Es la basura intelectual española, que crece por doquier y aumenta con cada nueva generación.


Son infinitos los seguidores de DEC, Corazón de Temporada, La Noria, Está pasando y un largo etc. Pero más que telespectadores son zombis que no zappean. Se quedan anonadados viendo el último exabrupto de la Esteban -que salió del barrio pero el barrio no salió de ella-, pruebas de paternidad de supuesta sangre azul y no tan azul, los detalles más escabrosos de los crímenes que nos horrorizan en los telediarios destripados a milímetro, los carísimos modelitos de la Pa (taki), Pe (nélope), AR (Ana Rosa), y así un variado rosario de desperdicios audiovisuales hasta el infinito.

Estoy cansado, harto de la Obregón, la odio con total irracionalidad, porque es insoportablemente pedante, hortera y barriobajera. Se elevan los altares, a hombres y mujeres por méritos simples de dudoso esfuerzo, deshonrosa factura y segura reprobable moral. Dinios, Pajares, Bárbara Rey y la Pantoja. Me aburren soberanamente. Ni siquiera me estimula seguir el rastro del Ex de la Ex del Ex que tenía como Ex un o una Ex de un o una famosillo/a. Me importa muy poco si a la tonadillera ya no le pone el camarero bigotes (el otro, no el de Aída, que para esa serie tendré otro apartado). Es irrelevante que ahora ya no pueda ser alcaldesa de Marbella, -menuda panda-, si canta poco o canta mucho en la ducha de Mi Gitana, si tiene un vis a vis carcelario o con esposas puestas o si está más seca -con los medios- que una hoja de otoño.

Triunfitos, Grandes Hermanos, Hombres, Mujeres, algunos animales y vicerversa. Nivel intelectual de los participantes, 0. Desgaste por razonamiento en sus intervenciones, 0. Aportación al estímulo neuronal propio, 0. Pero la masa más simple y numerosa de la sociedad pide más. Y tendrán más porque es una pescadilla maloliente que se muerde la cola. Y da dinero.



Odio la vena de la Patiño, la prepotencia ignorante de Maria Teresa Campos, la incultura de su hija, la patética decadencia personal y profesional de Lydia Lozano, el sectarismo político de las distintas cadenas a la hora de analizar el pan de cada día y por supuesto, no entiendo la cuota de loca-gays que hay en todos los programas. Si esa fuera en proporción a la sociedad, algunos tendríamos que ser declarados polígamos heterosexuales por ley, en aras a la perpetuación y supervivencia (gay o no) de la especie.

Ahora el colmo es que los crímenes más reprobables son emitidos con kilos de morbo en Prime Time, incluso rozando la ilegalidad con menores, trabando o dificultando las investigaciones por la torpeza de quienes manejan tan delicada información. A nivel criminal, terrorista o de violencia de sexo (el género es atributo de las palabras, no de las personas). No se escapa nada a estos devoradores de audiencia sanguinaria.

Por mí, trataría todos estos temas en un sólo canal, estatal y público para que nadie se lucrara (y si hay lucro, revertiera en nosotros mismos), con 24 horas de cobertura de miles de cámaras sobre una isla perdida en la que cantantes, artístas, faranduleros, modelos, cazacrímenes, periodistas sin título, cultura o ética (ostentarlas a la vez es imposible) presentadoras estrellas y estrelladas, famosos y afamados, toreros sin arte ni parte, todos ellos analfabetos voluntarios, se mataran entre sí para poder sobrevivir. Eso es lo que tienen que hacer cada día millones de españoles que no comen de la sopa boba que es trabajar en o para la caja tonta.


Finalmente queremos tener una juventud con valores, una igualdad y defensa total de los derechos, ser representados por una clase política que nos lleve a buen puerto en todos los ámbitos en los que nos movemos como sociedad... ¿pero qué sociedad? Si es la misma que sustenta todo este circo, tenemos lo que merecemos y lo preocupante es que constantemente lo seguimos generando para peor. Y aún nos sorprende que los temas de empaque no preocupen al público en general hasta que les tocan en primera persona. Entonces será cuando se quejen, pero sin esgrimir argumentos para sustentar su indignación. No tienen ni idea de la causa de sus males, siendo más fácil recurrir a los topicazos, clichés y slogans. Simplismo materializado sin necesidad de racionalizar nada. Encenderán la televisión y se relajarán, olvidándose nuevamente de todo. Idiotizados.

Me voy a escuchar la radio.

2 comentarios:

R@ dijo...

Pues...confieso que veo ``se lo que hicisteis´´ y critico gustosa los modelitos de los oscars...¿eso cuenta?
un saluda

Jorge dijo...

Lo que cuenta es que tú no te quedas en eso solamente. Te preocupas de otras cosas y tu vida no gira entorno a las vivencias televisivas de otros a los que no tenemos nada que envidiar. El problema es cuando el entretenimiento vacío se hace esencial, dejando lo esencial vacío.