lunes, 16 de febrero de 2009

Llévame allí otra vez


Debo alejarme de ti, dejándote atrás al caminar;
sonries una vez más cuando me vuelvo a girar.
Tengo que mirar al frente y vencer la atracción
de tu magnetismo, debo pisar el mundo real.

Vagando por las calles de una antigua ciudad
sin rumbo fijo, me cruzo con gente diferente
cuyas caras no reflejan ni bondad ni maldad.
Abstraido, tú eres un bucle en mi mente.

Mi cabeza da mil vueltas sobre lo mismo,
una y otra vez, se repite como una obsesión.
Sabes que sufro vertigo en el borde del cielo,
a donde me has llevado sin aparente razón.

Extendí la mano y te dejé hacer el resto,
ascendimos, ganamos altura, me dejé llevar.
Para tí es fácil porque tienes alas blancas,
pero yo tengo miedo a caerme; no se volar.

Nunca había estado allí, solo no sabría llegar.
Quiero regresar a ese límite de eterno final.
Somos ligeros, incorpóreos, almas en libertad,
buscando la línea de un horizonte por rebasar.

Mañana espero que me lleves contigo otra vez,
a ese secreto lugar que está entre el cielo y mar,
donde el deseo se hace realidad sin hacerse rogar.
Quizá en un futuro llamemos a ese sitio felicidad.

No hay comentarios: