miércoles, 28 de enero de 2009

Eurovisión. Horrorvisión.

Ya ha quedado muy atrás como tantas y tantas otras cosas buenas, cuando Eurovisión era una plataforma de lanzamiento de nuevas estrellas al firmamento musical. No hace muchos años, los países competían por presentar sus mejores artistas a la gala continental y se esforzaban en aparentar su esplendor nacional en forma de partitura y voz. Solistas, dúos, tríos y grupos enteros, han competido por las mieles del éxito musical.

¿Quien no ha dicho alguna vez lo de
"Wayomini" o "Yunaited Ding dong" One-Point?


De este festival han salido superventas de discos internacionales (como ABBA) y han participado la flor y nata de cada país (en nuestro caso, Julio Iglesias, Raphael, Salomé y Massiel, ganando incluso 2 veces el certamen). Durante muchos años Eurovisión ha sido la parte visible de una Unión Europea -en su parcela más ociosa- que sólo tras muchos años de trabajo, sería realidad política y económica. En los tiempos de aislamiento franquista, era una ventana abierta al exterior, por la que entraba aire fresco y por la que mirabamos en algunas ocasiones con admiración y muchas con envidia.

En las votaciones -antes y ahora también- se muestran las amistades y enemistades ancestrales entre las potencias que en algún día tuvieron conflictos o alianzas y los bloques se hacen notorios. Tú me votas a mi y yo te voto a tí. Con la ampliación al Este de los Estados participantes, el centro geográfico de poder se ha movido hacia este punto cardinal y será muy dificil que la parte occidental europea pueda traer a sus tierras la victoria final. Pero también es posible que esos puntos de conveniencia estén descontados a la hora de elegir una buena canción si realmente lo merece. Es decir, que la ganadora pueda sobreponerse a todas estas conjuras de filias y rencores históricos para alzarse con el triunfo. Podríamos decir, que quien ganase de esta forma, superándolo todo, ganaría de verdad por su arte.

Nuestras madres copiaban los modelitos de Eurovisión

El sistema ha cambiado mucho en los últimos tiempos. Ya no vota cada representante de la Televisión Nacional por si sólo en nombre de todo un país. Ahora también está el televoto -la verdadera forma de rentabilizar el espectáculo de una forma muy lucrativa- . Se impone la "voluntad popular". Y se impone para todo. Para elegir los participantes en cada nación y para elegir al ganador final. Los riesgos de esta "democracia" ya los hemos visto el año pasado. Al menos, el concurso no está muerto, ha revitalizado. Hay más Eurofans.

Yendo de más a menos, de Europa a España, y dentro de España a las Comunidades Autónomas, quienes tienen más habitantes o gustos similares, siempre se impondrán a las minorías. Es lógico. Pero que sea lógico no significa que el resto estemos de acuerdo. España es algo más que sevillanas y flamenquitos, toros y paellas, gitanos y Guardia Civil. No se trata de suscitar un debate regionalista si no de pluralidad. Existe otra España al norte, que dista mucho de esos estereotipos. Otra cultura, otra visión, otra Eurovisión dentro de la misma España. ¿Hasta cuando tendremos que esperar para ver una gaita en Europa? ¿No podemos desvincularnos de los clichés sureños nunca? La España verde está olvidada. Mejor... así cuando nos descubran -aunque nos camuflemos lamentablemente con ovetenses que "cantan rumbas de colores"-, su sorpresa será mayor.

Dos notas para finalizar.

La primera: Melody es una firme candidata para "representarnos" este año. Si, la del baile del gorila. En el video de esa canción, tristemente célebre, podemos contemplar haciendo la peazo de coreografía animal al durísimo profesor de Fama, Rafa el melenas capricho de las nenas -y para su gusto, de algún que otro nene-, (pinche aquí para gozarlo).

Creo que han sido los Vivancos los que realmente le han dado opciones a la niña -no tan niña- de llegar a donde ha llegado. La otra alternativa es la extremeña Soraya - Poyeya, pero con el mismo ritmo del sur de España y parte del norte de África. No se que será peor.

La segunda: Esta es la EuroElección de Melody y Los Vivancos. Cuando escuchen la canción sólo les puedo recomendar una cosa: Metan la ficha cuando suene la sirena.

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