jueves, 18 de diciembre de 2008

Por los años que nos quedan por vivir...

No quiero que estés sola nunca más

Parecía que era ayer cuando veíamos tan lejos ese futuro de los grandes cambios, en el que todo está más o menos programado. Llegaría tras años que poco a poco se iban consumiendo y a muchos de nostros ya se nos ha echado encima. Algunos miran atrás con cierta nostalgia, "cuando éramos jóvenes" y todo estaba por descubrir. Qué maravillosa sería la inocencia que explora lo desconocido si tienes la fortuna de poder desvelar los secretos de la vida compartiéndolos con los amigos que te acompañan en tu aventura. O mejor si es tu pareja la que te coge de la mano y quiere caminar junto a tí. Y que frustrante es lo contrario, que no es la soledad, si no la incomprensión. Aunque casi nunca las cosas salen como imaginamos, recordamos momentos pasados desde una óptica en la que todo nos parece decadentemete bello.

Tu familia, los amigos, las vivencias... son recuerdos de juventud que nos hacen esbozar una sonrisa y bajar la mirada al traerlos a la memoria. Los nervios, la idílica incertidumbre, la excitada emoción, son sentimientos que antes nos hacían sentir inseguros. Hoy desde la experiencia, me hubiera gustado volverlos a vivir de nuevo, de otra forma, con otras personas, mejor. Hubiera hecho las cosas de otra manera. Pero, ¿qué hay de todo lo que queda por hacer?


Que suene mientras lees... Being boring / Pet Shop Boys

Quiero volver a sentir esas ilusiones que hacían volar la imaginación, idealizando el futuro, un tiempo mejor para nuestras vidas, en las que no toman lugar las ocupaciones ni los problemas. La caída de las hojas del calendario sólo confirma si se han cumplido nuestros sueños -mirando hacia atrás- o si debemos seguir persiguiéndolos. Aunque, ¿no es la experiencia la que mata la ilusión? Tal vez sea así, aunque algo me dice que lo mejor está por llegar. Jamás habrá dos olas iguales aunque ambas pertenezcan al mar. Ahora es cuando siento que verdaderamente descubro el universo, me conozco mejor cada día y tan sólo me falta un poquito más para ser yo mismo. Quizás esa amarga experiencia es la que sirve para hacernos disfrutar de las cosas que antes imaginábamos como ideales y ahora son reales. Gracias a ella sabemos reconocer lo que queremos y una vez que encontremos lo que buscamos, sentir la plenitud de sentirse realizado.


Hemos dejado atrás el tiempo pasado que nunca es mejor que el presente y mucho menos que el futuro. Vivamos el que nos toca hoy. Mientras estás leyendo estas lineas- cosa que agradezco y espero que te sirvan-, ¿te das cuenta que estos segundos jamás volverán? Así es, a cada instante. Perseguiré una ilusión cada día y eso será lo que me hará vivir con intensidad cada momento, con las ganas y la fuerza necesaria para cambiar el mundo, mi mundo. Todos debemos tomar un punto de inflexión para cambiar las cosas si no marchan bien, sin más demora. El motivo de que haya llegado a este momento es que hay una persona que me hace creer que todo eso es posible y que jamás me volveré a aburrir junto a ella. Nunca es tarde para ser feliz...

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