viernes, 20 de noviembre de 2009

Alakrana: Remate final... por el momento.

La cara amarga de la crisis. De todas las crisis.

Los piratas se van con el botín. Algo más de 4 millones de Dólares. Ese es el resumen más justo. Las Fuerzas Armadas, debido a su rol policial-ONG y no militar, no pueden causar bajas al perseguir los esquifes y sólo trataron de inutilizar la embarcación con disparos fallidos al motor. El ejemplo francés no cunde. Para acabar pagando el doble de lo que inicialmente pedían los somalíes, no hacía falta pasar el mal trago de un secuestro de 47 días. Al segundo día se puede pagar y nos saldría más barato. No me importa si el dinero sale de fondos reservados y se devuelve por los armadores, o lo pagamos todos los españoles: el caso es que se ha cerrado un mal trato.

Es cierto que la operación Atalanta conlleva una labor policial de control con medios militares, pero también se pactó mediante un canje de notas -instrumento de acuerdo internacional- que cualquier detenido debería ser puesto a disposición de un Estado -Kenia- que aportara las garantías suficientes para que al entregar a un delincuente capturado, se tuviera la seguridad de su enjuiciamiento y posterior cumplimiento -en su caso- de la condena impuesta. Y como todo ya sabemos, eso no se produjo. De esta forma el argumento de la asunción de las normas no vale para justificar la no intervención militar si otras se trasgreden al antojo de cada momento.


Los piratas llegan a la costa donde -según palabras de la ministra Srta Pepis Militar- "se confunden con la población civil", -la cual está a 29 kilómetros tierra adentro-, se emborrachan, lo celebran, se casan, organizan fiestas y orgías con el dinero de todos los españoles y lo hacen impunemente. Se descojonan de España, del Gobierno, de los militares y del atunero. Y no se acuerdan ya de los 2 pintas que tenemos en Madrid, inmersos en un proceso judicial metido a calzador y con prisas, sin la instrucción que debería llevar, ni visos de conducirse el resto de enjuiciamiento normalmente. ¿Estará el final de estos pájaros ligado a la liberación del atunero? Lo veremos.

Lejos de Somalia, el esperpento es mayor. El Gobierno se cuelga medallas, mientras otra embarcación -vasca- sufre un nuevo ataque frustrado por la seguridad privada que llevaba a bordo. Las caras desencajadas de De la Vega, Chacón y el Presidente-sonriente, son un poema, una oda al despropósito y al mal rollo.
Ahora se sabe que NUNCA bajaron a los marineros a tierra, mientras CC -Carme Chacón- decía que sabían donde estaban en cada momento. Nos mintieron una y otra vez.
Lo que sí sabían era donde estaba el jefe de la banda, en tierra firme, pues en conversaciones telefónicas con uno de los detenidos en Madrid, -publicadas en diarios no del régimen-, se decía concretamente su situación. Si no se actuó militarmente en tierra fue porque alguien del Gobierno no quiso.

Foto extraida del Diario Gara.

Escoltados hasta puerto seguro, en Seychelles -puerto al que llegaron aproximandamente a las 4 de la madrugada-, el Gobierno fleta un avión militar para llevar a las familias a dicho punto, facilitando el deseado reencuentro. Las familias de Bermeo, se niegan a ir en un avión militar del Ejército Español. Me hace pensar que entonces, tantas ganas no tendrían de verlos. Sólo embarcan las familias gallegas. ¿Qué hay que hacer con esta gente que cuando quitan el cartel de los días que llevan secuestrados sus maridos, hermanos y demás familia o amigos, -cartel colocado en un ayuntamiento en el que no ondea la bandera nacional, que por ley y sentencia del TS tiene que estar izada- dejan ver una pancarta de acercamiento de presos de ETA? Cuando no se tienen las cosas claras dentro de casa ni se tienen principios firmes, es imposible poner orden fuera.

Otra reflexión importante y que sirve para explicar las acciones del Gobierno es que a España le preocupan las cosas que tocan su corazón. La muestra está en que da igual la crisis o que el paro se haya disparado durante este año y pico hasta llegar al vergonzante 20% -Lider indiscutible de la Champions League de Europa-, que con sólo una semana pública de secuestro del Alakrana -desde la rueda de prensa de las familias- y de mujeres desesperadas -de marineros- en la tele, la intención de voto en contra del Gobierno se ha disparado. Este es un país de pandereta.

A mi no me cuentes nada que no soy la Dolores.

Seguiremos el caso, porque me da la sensación de que queda mucha tela que cortar. Mientras tanto, los necios, los que no ven más allá de las razones humanitarias -las cuales entiendo, comparto y no pongo en duda- son incapaces de distinguir el debate familiar y humano del político, del Derecho Internacional y las consecuencias que se derivan de la actitud del Estado, el cual, les recuerdo, carece de familia, amigos y otros intereses que no sean los propios y la salvaguardia de su misma esencia. Esa esencia, la del Estado, ha quedada mancillada internacionalmente -no sólo por pagar un rescate, que es una actividad ilegal- sino por la endeble imagen que se dió, la forma anárquica e improvisada de llevar una crisis como esta, la falta de autoridad manifiesta y de presencia, la precariedad de los recursos empleados, la poca fuerza demostrada con los infractores de la ley encarnados en los piratas y el vago ejemplo del resultado obtenido por una nación que "presume" de ser una potencia que quiere integrarse a toda costa -no somalí- en la foto del G-20.

Así no.

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