sábado, 17 de octubre de 2009

Hasta siempre, jugón...


¿Por qué todos los jugones sonríen de la misma manera? Hoy no podremos esbozar esa sonrisa que siempre nos arrancabas con tus ocurrencias porque te has ido para siempre. Has sido un innovador del periodismo deportivo, que revolucionó el aburrido panorama de las retransmisiones deportivas.

Tengo recuerdos tuyos de hace muchos años, de tus andanzas narrativas, cuando todos los viernes hacías que tanto mi hermano como yo, nos quedáramos pegados al televisor para ver la NBA, aquella liga fantástica de jugadores mágicos que no jugaban al baloncesto, sino que hacían un espectáculo Made in USA. Mientras, nuestra abuela, ajena a todo esto, se quedaba escandalizada con tus TRIIIIIPLES a grito pelado. Sabías que ese novedoso estilo funcionaría en España, estaba importado con el sabor del éxito americano, pero además lo supiste aderezadar con tus orígenes -la socarronería gallega y la picardía caribeña-. Era diferente.



Después diste el salto en popularidad con el fútbol, con tu frescura narrativa, tus equivocaciones, -intencionadas o no- tus chascarrillos de humor inteligente. Eras feliz, -o eso nos parecías- nos hacías felices, la vida era maravillosa, repetías. Y nos lo llegamos a creer. Era una buena filosofía. Nos abandonaste tras el EuroBasket, teñido de oro y con la tristeza en tus últimas palabras a micrófono abierto. Nos veremos en algún otro sitio, dije para mis adentros. Quería pensar que era algo pasajero. Pero hoy nos dejaste huérfanos de tu compañía definitivamente. Te fuiste quizás en el momento menos alegre, menos maravilloso, de tu vida. O tal vez en el momento que tuvo que ser. Eso ya no importa. Te echaremos de menos. Es lo malo de ser inimitable, único, original e irrepetible. Gracias por hacer más divertido el deporte y la vida. Llevaré tu filosofía positiva por delante cuando las cosas estén mal, porque hay que creérselo para que funcione.


Sólo se vive una vez... Desgraciadamente

Y al otro lado nos queda tu recuerdo, tus ingeniosas frases, tu inigualable manera de ser que impregnaba toda la pantalla, haciéndote el auténtico conductor del espectáculo. Quedará tu sonrisa entre Salinas y Kiko, mirándoles siempre hacia arriba, pero tú eras el más grande de todos. Descansa en paz y que Dios te guarde.

No hay comentarios: