martes, 13 de enero de 2009

Capitán, mande firmes!

Pues no fue poca la polvareda que ha desatado el dichoso modelito de la ministra Chacón en el día de la Pascua Militar. Ha sido tanta que ha eclipsado lo que verdaderamente se celebraba en esas fechas. No entraré a debatir si la ministra ha roto el protocolo o no, parece que es obvio que si. Pero lo que si me llama la atención es que este insulso debate ha dado voz incluso a modistos de reconocido nivel. Y es que parece que nadie les ha explicado que la controversia no versa sobre si es de recibo llevar falda o traje pantalón, si lo luce o le queda como un tiro. Lo que se cuestiona es si la máxima autoridad política del ramo ha transgredido las normas o no, representando a una institución que se basa precisamente en el orden y la disciplina. Lo demás es farándula.

Este cambio de look, no parece que sea flor de un día. No fue hace mucho cuando Carmen Chacón anunció que daría luz verde -militar- a rediseñar los uniformes de las féminas de nuestro ejército para adaptarlas a las necesidades de su anatomía. Tal vez estén más preocupadas por no poder conciliar su vida laboral con la familiar desahogadamente, tal y como hizo la ministra en su día o tiemblen al ver que los BMR están penosamente equipados y se juegan su vida en cada ruta. No se si ese tema de la moda en el camuflaje será urgente, -sin entrar a polemizar si es o no una necesidad, lo cual desconozco y si verdaderamente es necesario, adelante con la renovación- pero lo contrario si me parecía una frivolidad. En los tiempos de crisis que corren, destinar una partida a nuevas confecciones si las que hay son válidas, son fuegos de artificio. Si al menos revierte en talleres de costura españoles, se reactivaría la economía doméstica en ese sector. Pero si van a encargarse a talleres chinos como los tricornios de la guardia civil, mal vamos.
Quizás la catalana desde su llegada ha empezado con mal pie. La ministra quiso suspender el acceso de los ordenadores militares a paginas como Interviú o Marca, lo cual reportaría una mayor eficacia a nuestro ejército. Tras la decisión de vetar esas páginas de entretenimiento -sobre todo erótico-, tal como decía un amigo mio, las tropas ya no estarán tan "firmes". Tal vez habría que preguntar si se habían capado las entradas a Enfemenino.com o al Vogue. Como era de esperar, esa decisión ya no está vigente.

Lo que se celebraba el pasado 6 de Enero eran los 20 años de misiones humanitarias de nuestras Fuerzas Armadas. Y como hemos cambiado. Con el relevo de gobierno hemos pasado de tener 2/3 partes de las tropas lejos de nuestras fronteras a tener que solicitar al parlamento rebasar el límite ahora establecido y máximo de contingente desplazado. Pasaremos de 3000 a 7300 soldados (máximo cupo permitido por la OTAN) fuera del territorio nacional. Con ello también ha cambiado el discurso, ya no es un ejército ONG, de paz y humanitario -en propias palabras de la ministra- tal y como se anunciaba en las campañas de captación tan sólo hace unos pocos años. Es y será un ejército de combate. Estamos preparando el terreno para que cuando el próximo día 20 el amigo americano tome posesión, paguemos la moneda de cambio para comenzar una nueva relación diplomática con USA. Es sabido que Obama centrará su campaña militar exterior en Afganistán, con lo que pedirá refuerzo a los aliados para extremar la accion por aquellas latitudes al objeto de garantizar el éxito de la misión.

Los rusos saben bien que esa zona caliente del planeta es un autentico infierno. Son muchos años combatiendo y padeciendo auténticas sangrías en sus filas en sus enfrentamientos contra unos talibanes irracionales. Cinematográficamente, ya le advirtieron a Rambo los afganos: "Hay un antiguo proverbio que hicieron nuestros enemigos: 'Dios nos libre del veneno de la cobra, el diente del tigre y la venganza de un afgano'".



¿Estará preparada la sociedad española para ver cómo vuelven nuestros hijos en cajas de madera envueltas con la bandera roja y amarilla? ¿Es consciente nuestro pueblo de que en un mundo más globalizado que nunca, -para lo bueno y preocupántemente para lo malo- nuestros soldados y los de nuestros países aliados son quienes arriesgan el trasero para que el nuestro esté cómodamente sentado y en libertad? ¿Sabemos lo transcendente de la misión de nuestras Fuerzas Armadas? ¿Seremos capaces algún día darles las gracias por todo lo que hacen por nosotros en las situaciones límite? El ejército siempre está ahí para cuando lo necesitamos. Para sacar a civiles atrapados por una nevada o para limpiar las playas de petroleo, para defender nuestra patria o para dar un trabajo a quien no lo tiene. Pensemos un poco en ello y verán como el traje de Chacón se queda en un mero trapo para limpiar cristales de Hummers ensangrentados. No nos cuentan ni media verdad.

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