sábado, 6 de diciembre de 2008

30 Años de Derechos y Prosperidad. Constitución Española 1978 - 2008.


Hoy cumple 30 años -se dice pronto- la Carta Magna de nuestro ordenamiento jurídico. Gracias a ella se han logrado muchos avances sociales y hemos alcanzado a través de la misma todas las libertades. El Pleno del Congreso debatió el Dictamen a lo largo de doce sesiones durante el mes de julio. Su texto fue aprobado, el 21 de julio, por 258 votos a favor, 2 en contra y 14 abstenciones. El Proyecto fue refrendado en Referéndum por el 87,78 por 100 de los votantes que representaban el 58,97 por 100 del censo electoral.

Es la segunda por su longevidad pero el momento de su elaboración la hace muy especial. En su contenido se recogen los principios rectores, los derechos y las obligaciones, la articulación del Estado y sus instituciones básicas. Es tan flexible que en ella se puede dar cabida a múltiples fórmulas políticas y sociales, variadas legislaciones a las que desde hace tres décadas, inspira de forma sabia y por eso mismo, no dejar de ser actual.

Muchos son los que han querido enterrarla en oportunidades dispares y disparatadas -esta misma tarde, radicales independentistas de Cataluña harán un acto en su contra- pero sus esfuerzos hasta el día de hoy han sido -y presumo que serán por muchos años- baldíos. No se dan cuenta que sus ideas son admitidas y respetadas en un marco del pluralismo ideológico, protegido por la Constitución, ésa que ellos detestan. No existe ni reciprocidad ni proporción. Tiran piedras contra su propio tejado, tal vez por que aún no saben cual es su casa.


Decía Miquel Roca que ha regalado ejemplares a sus hijos en más de una ocasión, y que seguramente volvería a regalarla a otras personas. Es una buena idea. ¿Quien en su sano juicio no debería tener en su casa la relación de derechos y libertades que le corresponden como ciudadano? Lo malo de las ediciones impresas es que con ellas no se dan las oportunas explicaciones para entenderla sin llegar a equívocos. Discernir el sentido de una norma es una tarea harto complicada, para la que, -incluso más de las veces que nos imaginamos-, no se ponen de acuerdo ni las altas instituciones judiciales, caso del Tribunal Constitucional.

En su simple brevedad reside su grandeza pero también la posibilidad de encajar mútiples argumentos para que cada cual pueda llevarla al huerto de su interpretación. No le demos demasiadas vueltas. Basta con utilizar el sentido común, -que por desgracia es el menos común de los sentidos- para darse cuenta de lo que los padres de la Constitución, quisieron decir en cada párrafo. Es una norma de consenso y como tal, ha de tratarse: la articulación jurídica por la cual todos los españoles nos unimos por un futuro mejor y avanzamos hacia él.

Desde aquí, desde este modesto Blog, quiero sumarme al homenaje que hoy merece la efeméride. Larga vida a la Constitución. Y con ella, bajo su protección, mejoremos las leyes.

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