viernes, 24 de octubre de 2008

Premios Principe de Asturias. Oviedo Capital del Mundo.

Hoy se entregan los Premios Príncipe de Asturias y Oviedo se ejerce como Capital del Principado un año más. La visita de los Príncipes hace que todas las miradas se vuelvan a esta pequeña región y a su corazón carbayón. El Teatro Campoamor acoge el evento y serán innumerables las personalidades que acudan. Oviedo, por unas horas, es el centro del mundo y por ello es una ciudad sitiada por la seguridad.

Estatua de Joan Miró que reciben los premiados

En los días previos todo se ha estado preparando con el mimo propio de un agasajo real. Se pintan farolas, maceteros, se limpian las calles con más esmero del habitual, -si es que se puede- y no falta ni un detalle.

Los premiados se alojarán en el Hotel de La Reconquista, que dista del Teatro Campoamor un par de calles y a tan sólo unos 100 metros de la calle Uría, centro comercial de la ciudad. Los asturianos -y los carbayones aún más- nos volcamos con los galardones que van cogiendo una tradición y una solera digna de la repercusión que obtienen en el panorama internacional.

Pocos han sido lo que no han venido a recoger el premio, -pero los hay- y luego se han arrepentido cuando han conocido su verdadera dimensión. Las múltiples áreas que comprenden hace que sean más cercanos al público en general y recortan de este modo la diferencia de presupuesto con los Nobel. Por aquí han pasado Stephen Hawking, Isaac Rabin y Yaser Arafat juntos, Woody Allen, National Geographic, Nelson Mandela, UNICEF, las Revistas Nature y Science, Paul Auster, Al Gore... y un largísimo etc.


Pero si queremos que los Premios crezcan y no se queden en un acto de pasamanos interesado, la Fundación debería replantearse los valores por los que se otorgan y sobre todo, el momento. En mi modesta opinión se debería premiar una trayectoria -ya concluida mejor que en pleno apogeo- en un ámbito determinado o una aportación concreta -como pudiera ser un descubrimiento puntual- a la sociedad. Es decir, premiar a aquellas personas o instituciones que desarrollen su actividad y que en ellas hayan logrado éxitos finales.

Estoy en contra de distinciones como las que se dieron en otras ediciones -sobre todo deportivos, los otros son más discutibles- que puentearon a figuras mucho más merecidas que los premiados. No puede recibir antes el Principe de los Deportes Alonso que Schumacher, Nadal que Federer ó Arantxa primero que Steffi Graf. Como tampoco la Selección Nacional de Baloncesto, por ganar un mundial -por increible que pudiera ser- y un etc que me irrita. No porque no lo merezcan ni no desease que se lo dieran, si no porque se otorgan antes de tiempo o mirándose al ombligo.

No estoy de acuerdo con el Premio que se le otorgó a J.K. Rowling, galardonada con el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia. Su obra, a juicio del jurado, "trasciende el ámbito literario para convertirse en un vínculo de unión entre continentes y generaciones". Evidentemente el de las Letras no podía ser por razones obvias y parecía que se encajó a una persona en su momento álgido y más popular para alcanzar así a otro tipo de público.

¿Los Premios nacen para incentivar a una sociedad mundial para ser mejor y ahora pretenden vivir del populismo? Sería un error que devaluaría. Si es así, revisen sus principios como jurado a la hora de votar.

Guapa, Carbayona y Princesa

No entraré en la polémica que siempre suscita Gijón al intentar -fallidamente- atraer para si parte de la atención de los Premios, con conferencias, actos y demás farándulas. Tan sólo quiero recordar cuando al inicio de todo, cuando el Principe era un niño y comenzaba sus primeros actos oficiales, Oviedo aportaba trabajo, dinero e ilusión. Nadie más arrimaba el hombro, ni se oían voces -como se oyen siempre en estas fechas con fundamento de asturianía- clamando por un poco de reparto del protagonismo.

Ahora que se ve la importancia que tiene albergar estos actos, quieren para sí parte del pastel. La sede fue, es y será Oviedo por ser la capital del Principado y eso es algo que no se compra con dinero aunque al señor presidente -nativo de Gijón- no les salga ponerlo en el Estatuto ni gratis. Pero tranquilos. Siempre podemos mandar a los vecinos de 28 km más al Norte, junto a unos carbayones, una cajita de "Letizias", para que se endulcen la vida.

No hay comentarios: