miércoles, 16 de febrero de 2011

¿Quien es la Fashion Victim?


De todos es sabido que Internet es una fuente de información inmensa, como una gran enciclopedia del saber para el usuario habitual, pero muchas veces pasamos por alto que la información en la red es bidireccional. Las empresas tienen puestos mil ojos en todos aquellos sitios de los que puedan extraer cual es la opinión, gustos, preferencias o tendencias de quienes pueden ser sus potenciales clientes.

Ultimamente se han extendido como plagas los blogs de moda, estilismo y fashion victims. Es un caladero constante de ideas, diversas, atrevidas, sin tapujos y muchas veces al estar desprovistas de la evaluación y aprobación de un criterio profesional ejecutivo que acongoja a muchos creativos, suelen tener la frescura que la libertad les otorga la casi anónima invisibilidad de la red. En ellos parecen pescar marcas reconocidas de la costura nacional e internacional, y se surten de forma gratuita de aquellas fórmulas que pueden dar el golpe.

Zara es un ejemplo de éxito empresarial, pero a riesgo no pocas de veces de tener que retirar productos del mercado acusados de plagio u otras disputas más profundas. Según El Mundo "Amancio Ortega ha tenido que retirar del mercado una colección de camisetas que había sacado a la venta Stradivarius y que a vista de todos, parece un claro caso de plagio." La empresa se defiende argumentando que la colección había sido comprada a un diseñador externo. Veremos en qué queda la cosa.


Continúa diciendo el artículo que la empresa gallega ha sido siempre partidaria de crear clones de grandes firmas para ponerlas a precios asequibles. De momento se ha librado de juicios que podrían poner el jaque su gruesa contabilidad.

Pero lo peor no es atacar la originalidad de las ideas, si no la interminable estulticia de algunos sectores politico-religiosos que se han mostrado siempre dispuestos a la gresca para salvaguardar principios completamente respetables pero inasumibles.

En 2006 Bershka tuvo que retirar miles de prendas etiquetadas con una mezquita que había provocado la ira de Emiratos Árabes y Dubai. Sólo por eso, la perdida económica supongo que habría sido cuantiosa. O es fallo de estrategia comercial o por puro desconocimiento del público al que van dirigido, pero en cualquier caso no es un drama. Todos conocemos ya el papel de fumar con la que se cogen los de siempre. El problema es que los demás lo consentimos y les damos la razón, batiéndonos en triste retirada.


Por otro lado, los ultra ortodoxos judíos también pusieron el grito en el cielo con la mezcla de tejidos, algodón y lino -fíjense que aberración- ya que se considera un híbrido contra natura. Pecado mortal, vamos. La ley judía o 'halajá' prohíbe el acoplamiento entre animales de distinta raza y hasta crear nuevas especies de frutas, la misma disposición debe ser aplicada para plantas. Cuando hay que vender a público tan particular, toda precaución es poca.

Poco después, el objeto de polémica fue un bolso. Y los ofendidos, la comunidad judía de nuevo. Dicho bolso incluía en su estampado una esvástica y tras la devolución de un cliente británico, -sí, británico- Inditex decidió retirar el complemento de su colección y se disculpó públicamente a nivel internacional. Lo peor no es el tropiezo, es la humillación asumida que el grupo realiza para proteger su economía y su mercado. No todo se puede sacrificar por negocio. Si se pierde así, con unos argumentos tan pobres, mal estamos. Occidente no puede doblegar en cada una de las supuestas "agresiones" a otras culturas. Son intolerantes y actuando de esta forma no hacemos más que perder terreno ganado de libertad.

Precisamente la libertad es la que puede solucionarlo todo. Una persona libre y no intolerante, que no tiene intención de adquirir un jersey de lino y algodón no lo compra y punto, sin entrar en que el motivo sea por gusto, obligación religiosa o prohibición de su madre, pero no monta en cólera porque alguien que piensa diferente lo fabrica, lo compra o lo regala. Si por ese bramido de totalitarismo se quita el producto del mercado, se priva de la posibilidad de elección a muchos otros que no tienen que pensar del mismo modo.


Ya no vamos a entrar en la ignorancia que sustenta tales argumentos prohibitivos, porque como se recoge en muchos sitios, la esvástica aunque es asociada al nazismo después de que el Partido liderado por Hitler la utilizase como identificación en los años 30, existía desde hace miles de años en diversas religiones de la India como el hinduismo, el budismo y el jainismo. También era conocida por los griegos como la cruz gamada, por tener cuatro brazos acodados como la letra gamma mayúscula del alfabeto griego, y por los romanos, como demuestra su presencia en catacumbas. Claro, que siendo la principal tienda de ropa de Israel, se entiende el motivo de su sumisión.

Sigamos perdiendo la batalla de la libertad y pronto nos veremos con chilaba o kipá. Entonces, ahora la pregunta puede ser: ¿Quien es la Fashion Victim, los consumidores, las empresas de moda o la libertad? Si creemos que la sociedad donde vivimos es la cuna de los derechos, la democracia, la libertad y el bienestar, y estamos convencidos de que no tenemos nada que envidiar a otros, solo nos queda gritar al unísono, Occidente reacciona!