jueves, 6 de mayo de 2010

Tate... ¿Modern Art?

Recientemente he estado en Londres y no puedo dejar de pensar, recordar y por supuesto recrearme en todo lo visto y vivido. Merece la pena sufrir un regreso digno de Willy Fog por causas tan fuera de lo común como que una nube volcánica te deje atrapado en un aeropuerto justo antes de volar a casa.

De todo me llevo una grata impresión. De todo menos de el Tate. Acudimos expectantes y receptivos para dejarnos sorprender, ya se sabe que cuando uno visita una galería de arte moderno tiene que estar preparado para todo. Lo primero que llama la atención es el diseño del edificio, del continente del excéntrico contenido. Es un contraste bastante abrupto cruzar el Puente del Milenio desde la magnífica catedral de St. Paul y verte en poco más que un bloque industrial de inmensas proporciones. Un tres en línea desquiciante, clásico (la catedral), moderno (el puente) e industrial (Tate), pero eso es normal en Londres. No pienso pararme un segundo en criticar la esperpéntica noria que el Ayuntamiento de Londres amortiza (si no lo está ya) en cada giro.

El recorrido es confuso, tal vez nos debimos quedar en la cafetería, que es lo que primero tuvimos a mano. Pasamos de largo de la Sala de las Turbinas y accedimos a los pisos superiores.

Llamaba la atención una sala que estaba acordonada con cables de acero para evitar que nadie traspasara el umbral de la misma, pues era peligroso. En una mesa, se disponían varios útiles de cocina, todos metálicos, relucientes, conectados con un cable de alto voltaje que hacía relumbrar las resistencias que el ingenioso “artista” había colocado dentro de cada uno de los elementos. El zumbido luminoso de cada secuencia aleatoria afectaba a 2 o 3 elementos de cada vez, creando un ambiente que podríamos denominar “de desayuno en mesa eléctrica”.

Series fotográficas imposibles, telas de grandes magnitudes que colgadas por algún extraño motivo, parecían recortes o deshechos industriales, videos que se repetían constantemente en multitud de pantallas encendidas a la vez creando incógnitas en los rostros de los visitantes y que parecían coronar sus cabezas humeantes en busca de un sentido… No se esfuercen, no lo tiene.

Otra "colada" de las clásicas.

Arriba y abajo, pisos enteros anodinos, con alguna salvedad interpretativa que seguro que no es la correcta o al menos la que quisiera el artista.

Pensé por un momento que yo era quien estaba equivocado, pero al juzgar las expresiones de los incrédulos ciudadanos, los comentarios mayoritarios y por un detalle final, me convencí de que todo aquello no era capaz a conmoverme, puesto que creo que el verdadero arte no hay que entenderlo, explicarlo es trabajo del artista con su obra y tan sólo hay que dejar que tus sentidos -sean los que procedan- perciban algo que encienda un centellazo de admiración.

El detalle final al que me refería, era un escrito que encontramos en una de las paredes del propio museo. En un intento de comunicar e implicar al visitante, el Tate pone a disposición de todos aquellos que así lo deseen, un panel en el que puedes escribir lo que quieras y dejarlo en exposición para que el resto del público lo vea. El escrito, el único en español entre varias lenguas, lo firmaba una mujer, supongo que joven, y que resumía con gran pesar su visita en una frase lapidaria. Más o menos intento recordar sus palabras pero vino a decir en su escueta nota: “Esto no es arte, esto lo hace cualquiera. Espero que la National Gallery supla la decepción con la que me voy de aquí”.

Impresionante.

Para colmo, Doris Salcedo (Colombia) triunfa en Londres con una grieta kilométrica en la Sala de Turbinas. Por esa regla de tres, todas las ciudades de España son una obra de arte, más aún en verano. Ojala que los verdaderos ejecutores de la “obra” fueran desempleados españoles del sector de la construción. Por cierto, la grietita, en 7 semanas, ha causado 15 heridos. El verdadero arte es que nos la cuelen así y se lo lleven calentito.

3 comentarios:

epistolario segun san alvaro dijo...

Me encanto tu blog, me gusta grietita.

Samuel poeta dijo...

Buenas tardes, querido poeta! Mi nombre es Samuel, vivo en Río de Janeiro, Brasil. . Me gustaría hacer la invitación a visitar mi blog en www.poemasdosamuel.blogspot.com poética

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samuelpoeta@hotmail.com

Ktaná dijo...

muy de acuerdo contigo...¿quieres una grieta ? te muestro la que la naturaleza hizo en mi país , atravesó la casa de mi hermano , en una noche rajó kilómetros tragandose las casas , y sin pensarlo cruzó la carretera y llegó al mar. ahi se hundió y arrasó con tres tsunamis seguidos , al otro día la gente recogía sus pequeños retratos, sus dibujos , su revistas , lo que ellos consideraban arte.
Las ideas vanguardistas no siempre son arte , de pronto en las cosas sencillas, en la simpleza está ña belleza